Resumen:
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Vivimos sin duda en una sociedad muy secularizada, no sólo porque haya disminuido el número de creyentes, sino también porque la presencia o expresión religiosa queda disminuida, diluida o disimulada incluso en los mismos creyentes, que unas veces no se atreven a aparecer como cristianos y otras no saben muy bien cómo deben comportarse como cristianos en una sociedad como la nuestra.
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