Llevaba tiempo esperando algo así donde pudiera sumergirme en un proyecto de voluntariado durante más de unas horas y además, iba con unas expectativas muy altas que se cumplieron con creces. No podía imaginar los maravillosos días que pasaría en Tuéjar. La acogida del pueblo fue increíble y la familia que formamos brutal. Digamos que mi familia se ha multiplicado y parece mentira que 30 personas podamos formar lazos tan fuertes en 3 días pero así ha sido.
Todos los coordinadores hicieron un gran trabajo ya que estaba todo medido al milímetro. No hubo tiempo para aburrirse con tantas tareas y además, muy divertidas. Jamás había trabajado con tantas ganas y pasándolo tan bien, fueron mis compañeros los que crearon el clima perfecto para que ocurriera.
Si tuviera que elegir un cosa de la misión, me quedaría con casa por casa y; si tuviera que elegir uno de los cambios que noto en mí después de volver, me quedo con esa sensación de felicidad plena que tengo desde que me apunté al voluntariado.
Repetiré esta aventura una y mil veces.