Resumen:
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Los santuarios, fieles a su vocación más genuina, son desde siempre unos lugares privilegiados para la evangelización, lo que Juan Pablo II gustaba denominar como antenas de la Buena Nueva de la Salvación, es decir, como unos espacios donde es posible que el hombre de hoy, de ayer y de mañana reciba una buena noticia que le ayude a seguir el camino de la vida, significado en la peregrinación que le conduce a un santuario.
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