Voluntariado
Un centenar de alumnos demuestran que la solidaridad no se ha ido de vacaciones
Noticia publicada el
miércoles, 10 de septiembre de 2025
Cerca de un centenar de estudiantes de la Universidad Católica de Valencia (UCV) han participado durante los meses de julio y agosto en el ‘Verano solidario’, una iniciativa organizada por el Servicio de Voluntariado y Cooperación Universitaria en colaboración con asociaciones que trabajan con mayores, menores, enfermos, reclusos, personas con diversidad funcional y otras personas en riesgo de exclusión social. El programa lo componen 13 proyectos a nivel local que brindan a los voluntarios una experiencia de crecimiento personal, en sintonía con los valores que promueve la UCV.
Así, 23 alumnos han organizado con la Parroquia Casa de María una escuela de verano dirigida a menores de familias vulnerables y otros trece, junto con la Fundación ESYCU, un plan de acompañamiento a niños hospitalizados; doce alumnos han dedicado parte de sus vacaciones a los mayores de las residencias Lares; seis voluntarios han asistido a mujeres en riesgo de exclusión en Provida Valencia; tres han acompañado a personas sin hogar en colaboración con la Asociación Natania; y otros cuatro voluntarios han prestado su ayuda a la asociación Mensajeros de la Paz en labores de organización y reparto de comida a personas en riesgo de exclusión.
Igualmente, doce estudiantes han preparado actividades deportivas y de ocio saludable en el centro penitenciario de Picassent, junto con Pastoral Penitenciaria y la Asociación para la Solidaridad; cuatro en Ciudad de la Esperanza, dirigidas a jóvenes inmigrantes; y otros 19 voluntarios se han distribuido en las escuelas y actividades de verano para personas con discapacidad intelectual de la Asociación Alter Valencia y la Fundación Espurna. Con la asociación La Nostra Veu de Alzira también un alumno de la UCV ha desarrollado actividades de ocio adaptadas dirigidas a niños con trastorno del espectro autista.
Una experiencia "mejor que estar en la playa con amigas"
Dahlia Rodríguez, alumna de Odontología, ha participado este verano en dos campamentos solidarios: en julio con personas con discapacidad intelectual de la Asociación Alter y en agosto con la Fundación Espurna, una vivencia “más intensa” donde convivió con personas con diversidad funcional. En ese sentido, Dahlia afirma que prefiere “dedicar su tiempo de vacaciones a ayudar” porque siempre lo ha visto como algo “valioso para su crecimiento personal” y asegura que lo ha pasado “incluso mejor que en la playa con amigas”.
La "fortaleza" de las personas con las que ha trabajado, han ayudado a esta estudiante de la UCV a “valorar más” lo que tiene y a descubrir que no tiene "motivos" para quejarse. En lo profesional, Dahlia subraya que este proyecto ha confirmado su "vocación” por la odontología, ya que la entiende como “un acto de servicio”.
Por su parte, Iván Verdera, estudiante de cuarto curso de Educación Primaria, ha participado en las actividades dirigidas a niños en riesgo de exclusión social en la parroquia Casa de María, en el barrio de Benimaclet, donde los voluntarios “nos hemos esforzado por proponer acciones divertidas y formativas, que, por un lado, les motivaran para llevarlas a cabo y, por otro, les dejaran un poso formativo que les iba a ser útil en el futuro”, ha explicado.
Para Iván, la experiencia también ha reafirmado su vocación por la docencia y por seguir participando en proyectos de voluntariado: “Ha sido inolvidable dedicar mi tiempo a niños que pasaban el verano solos en casa. Me ha aportado empatía y el enriquecimiento de ayudar sin esperar nada a cambio”.
El inesperado cariño y la complicidad con los presos de Picassent
Alicia López estudia su último curso Criminología y este verano ha colaborado en las actividades organizadas por Pastoral Penitenciaria y la Asociación para la Solidaridad en la cárcel de Picassent, una experiencia que le ha servido para quitarse "todos los prejuicios" que tenía sobre este colectivo y para darse cuenta "de que son gente completamente normal y agradecida". Alicia no esperaba "tanto cariño y complicidad" por su parte: "Se notaban las ganas que tenían de socializar y eran conscientes de que éramos un grupo de jóvenes que sacrificaba sus vacaciones para estar con ellos”.
Por otro lado, este voluntariado le ha abierto "una posible puerta laboral para un futuro", pues no descarta opositar al Cuerpo Especial de Instituciones Penitenciarias y dedicarse a un sector para el que cree "estar preparada”.
Andrea Ribes, alumna de Psicología ha realizado, junto a su novio, un voluntariado en el Centro Sociosanitario Nuestra Señora del Carmen, ubicado en el valenciano Barrio del Cabañal, donde han llevado a cabo ejercicios y técnicas de estimulación cognitiva, así como acompañamiento y conversación. Su experiencia, que en principio iba a durar dos semanas, se ha prolongado por la “satisfacción” de ayudar a estas personas mayores.
La estudiante de la UCV destaca que la convivencia con las personas mayores le ha resultado “especialmente enriquecedora” y que ha experimentado una “sensación de plenitud” al compartir tiempo con ellos: “He recibido de los mayores mucho más que lo que he podido darles. Además, como futura psicóloga, me ha permitido conocer de cerca la labor de psicólogos y terapeutas ocupacionales, lo que me ha ayudado a adquirir herramientas para relacionarse con personas mayores y comprender mejor el trabajo con ellas”.