Todas las noticias | UCV

Investigación

Prueban que el impacto emocional de la dana ha intensificado la preocupación climática de los valencianos

Noticia publicada el

Prueban que el impacto emocional de la dana ha intensificado la preocupación climática de los valencianos

Una investigación dirigida por Alexis Cloquell, profesor de la Universidad Católica de Valencia (UCV), con la participación de los investigadores Francisco Arteaga y Carmen Moret, de la misma universidad, y Joan Lacomba, de la Universitat de València (UV), analiza cómo la experiencia directa de la dana de octubre de 2024 ha intensificado la preocupación por el cambio climático, especialmente entre mujeres y jóvenes.

El estudio, financiado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), constituye una de las primeras evidencias empíricas en España sobre el vínculo entre el cambio climático y la salud mental. Los resultados muestran que el impacto de aquella catástrofe ha sido también psicológico y que la "ecoansiedad" -el temor persistente ante un desastre ambiental- se ha convertido en una reacción común entre la población valenciana.

“La riada que azotó la Comunitat Valenciana en octubre de 2024 no solo arrasó viviendas, cosechas y carreteras. También dejó una marca invisible: el miedo. Ese miedo que reaparece cada vez que el cielo se oscurece”, explica Cloquell, investigador principal del estudio.

El miedo tras la tormenta

El cambio climático suele parecer un fenómeno lejano, pero los episodios extremos lo hacen tangible. Las inundaciones de 2024 marcaron un punto de inflexión: para muchos valencianos, el riesgo climático dejó de ser una idea abstracta.

Los investigadores denominan a este fenómeno "efecto de proximidad", que describe cómo la vivencia directa de una catástrofe aumenta tanto la conciencia ambiental como la ansiedad ante futuros eventos. Según los datos del estudio, los residentes de la provincia de Valencia, la más afectada, presentan niveles de "ecoansiedad" significativamente más altos que quienes viven en zonas con menor impacto.

Seis meses después de la dana, más de la mitad de la población seguía mostrando una elevada preocupación ante la posibilidad de que se repitieran episodios similares.

Mujeres y jóvenes, los más afectados

El análisis sociodemográfico evidencia diferencias claras. Las mujeres presentan niveles de "ecoansiedad" más altos que los hombres, especialmente las menores de 35 años. En este grupo, casi el 40 % manifiesta una preocupación elevada por el cambio climático.

La inestabilidad económica también influye en la percepción del riesgo. Las personas desempleadas o dedicadas a las labores del hogar muestran mayor vulnerabilidad y un sentimiento de indefensión ante las consecuencias del cambio climático.

Según Cloquell, “estas reacciones no deben interpretarse como patológicas, sino como una respuesta racional ante una amenaza real. La población está experimentando en primera persona los efectos del clima y, por tanto, reacciona emocionalmente ante su incertidumbre”.

Una preocupación que mira al futuro

El estudio señala que el miedo no se limita a lo vivido, sino que se proyecta hacia el futuro. Quienes creen que las catástrofes serán cada vez más frecuentes y graves muestran los mayores niveles de ansiedad. Además, las personas que ya habían sufrido desastres anteriores -como inundaciones o incendios- presentan una respuesta emocional más intensa.

Por ello, los investigadores advierten de que "la ecoansiedad no es una moda, sino una respuesta emocional ante una realidad cada vez más evidente. Las tormentas, las danas o los incendios ya no se perciben como episodios aislados, sino como síntomas de un clima en transformación”.

El informe señala también que la salud mental sigue sin ocupar un lugar prioritario en las políticas ambientales, pese a que los desastres naturales se han convertido en una realidad cada vez más presente. “Si los desastres naturales son ya una realidad presente, la salud mental será la próxima gran víctima del cambio climático”, alertan.

Por ello, el equipo investigador propone integrar el bienestar psicológico en las estrategias climáticas y en los planes de prevención de emergencias, pues “el cambio climático no sólo transforma los paisajes: también transforma las mentes”, concluye.

Noticia anterior_ Cátedra de Estudios Culturales Charles Péguy
Noticia siguiente Los episodios de inseguridad ciudadana y la Guerra en Gaza disparan los discursos de odio en las redes en 2025

Calendario

«octubre de 2025»
lu.ma.mi.ju.vi.sá.do.
293012345
6789101112
13141516171819
20212223242526
272829303112
3456789

Opinión y divulgación