Apuntan a la necesidad de cuatro nuevos derechos humanos ante los peligros de las neurotecnologías

Cursos de Verano 2023

Apuntan a la necesidad de cuatro nuevos derechos humanos ante los peligros de las neurotecnologías

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Apuntan a la necesidad de cuatro nuevos derechos humanos ante los peligros de las neurotecnologías

El Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia (UCV) ha celebrado el Congreso Interuniversitario Nuevas Fronteras en Neuroética en el marco de los Cursos de Verano. Expertos de diferentes universidades han analizado los dilemas éticos relacionados con las posibilidades de intervención sobre el cerebro humano que ofrecen ya la neurociencia y la neurotecnología. Entre otros especialistas, ha intervenido Roberto Andorno, profesor de la Universidad de Zürich, que ha subrayado la necesidad de “crear cuatro nuevos derechos humanos como respuesta a los desafíos de las neurotecnologías”.

Junto a Marcello Ienca, profesor del Instituto Suizo Federal de Tecnología, Andorno propuso en un artículo de investigación con gran eco internacional la incorporación de esos derechos, y que ha expuesto en la jornada: “Es urgente que se puedan sumar a la Declaración Universal de 1948 los derechos a la libertad cognitiva, a la privacidad mental, a la integridad mental y a la continuidad psicológica. Además, todos los Estados deben adaptar sus normas legales para responder al desafío neurotecnológico”.

Andorno ha llamado también la atención acerca de la importancia del “consentimiento informado”, del reconocimiento de los datos neuronales “como datos personales sensibles” y de “impedir que las neurotecnologías se usen para influir en la libertad de autodeterminación y de pensamiento”. Así, “el ser humano tiene derecho a su identidad personal, sin que esta sea alterada por terceros a través de neurodispositivos, a no ser que exista un consentimiento informado al respecto”.

“Hemos de prevenirnos ante la neurodiscriminación y ante los sesgos algorítmicos en dispositivos basados en inteligencia artificial, que pueden aumentar el riesgo de que esa nueva discriminación se produzca. De la misma manera, los Estados deben ser cautelosos en cuanto a la autorización de neurotecnologías con fines de potenciamiento de las capacidades cognitivas de personas sanas. Podrían provocar problemas de naturaleza social, al proporcionar una ventaja injusta a las personas neuropotenciadas sobre el resto en el desempeño escolar y universitario, o en el acceso a un puesto de trabajo, por ejemplo”, ha aseverado.

Además de hacer hincapié en la necesidad de promover “el acceso equitativo a los beneficios de las neurotecnologías en el campo de la salud”, Andorno ha exhortado a las personas en puestos de responsabilidad política a “establecer mecanismos de tutela efectiva de los derechos asociados a las neurotecnologías”.

Patrici Calvo: “No están haciendo menos libres, menos autónomos. Ya no somos personas, sino máquinas que generan datos para la inteligencia artificial”

Durante su intervención sobre neuroaprendizaje moral e inteligencia artificial, Patrici Calvo, profesor de la Universidad Jaume I de Castellón, ha explicado que “se está viendo un paternalismo algorítmico y están modulando con esta tecnología la agencia humana; por tanto, nos están haciendo menos libres, menos autónomos. La cultura algorítmica, la obsolescencia humana, esa idea de que el ser humano está obsoleto viene con todo un bombardeo de noticias constantes. Todos los días salen algunas de este tipo: Nos han superado las máquinas, y al final nos lo estamos creyendo”.

“Existe toda una cultura, sesgos que discriminan, una tiranía de los algoritmos y un despotismo tecnológico. Son las tecnológicas las que están utilizando el poder de los datos para modificar la voluntad libre, para que hagamos lo que quieren que hagamos. Todos los datos se hallan en centros que los almacenan y que están controlados por una docena de empresas en todo el mundo, una vigilancia masiva de la privacidad. Están introduciéndose en la intimidad”, ha indicado.

En opinión de Calvo, “la cosificación algorítmica ataca directamente a la dignidad humana. Ya no somos personas, ya no tenemos valor, volvemos a tener un precio. Ahora somos máquinas de flujo constante de datos y metadatos masivos. El valor de la persona se cuantifica según los datos que pueda generar para que se desarrolle la inteligencia artificial: distorsión algorítmica, polarización, opacidad algorítmica, daño algorítmico, aceleración algorítmica, desincronización de las leyes e irresponsabilidad algorítmica parecen ser los valores que más importan”, ha subrayado.

Alberto Carrara: “El modelo de Anneliese Alma Pontius puede contribuir eficazmente a aportar soluciones concretas a numerosos problemas sociales de nuestro tiempo”

Entre los participantes en la jornada se ha encontrado también el biotecnólogo y filósofo Alberto Carrara, profesor del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma, que ha afirmado que la neuroética tiene como fin “comprender las implicaciones de las neurociencias y de las interpretaciones de las mismas ciencias del sistema nervioso -que incluyen las ciencias relacionadas con la mente- para la autocomprensión humana, y los peligros y perspectivas de sus aplicaciones”.

Carrara ha repasado en su intervención en la jornada las aportaciones a la neuroética de la neuropsiquiatra alemana Anneliese Alma Pontius (1921-2018): “El principio de neuroética desarrollado por Pontius según su modelo médico-clínico radicado en la constitución biológica es una herramienta muy valiosa. Viene en nuestra ayuda para reflexionar de manera interdisciplinar y está enraizada en la neurociencia y en sus interpretaciones. Además, puede contribuir eficazmente a aportar soluciones concretas a numerosos problemas sociales de nuestro tiempo”.

En ese sentido, el biotecnólogo italiano ha señalado como posibles aportaciones “desde las mejoras pseudocognitivas mediante psicofármacos en sujetos sanos hasta las aspiraciones impuestas a los modelos infantiles”.

En la jornada han participado también Juan Pedro Núñez, profesor de la Universidad Pontificia de Comillas; José María Domínguez, profesor de la Universidad de Sevilla; y Luca Valera, profesor de la Universidad de Valladolid.

El congreso, coordinado por el profesor Julio Tudela, director del Observatorio de Bioética de la UCV, ha sido inaugurado por el vicerrector de Investigación, Francisco Javier Arteaga.

Puede volver a verse el congreso en los siguientes enlaces.

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