El exceso de positivismo frente al cáncer puede provocar que el paciente "no se sienta comprendido en su sufrimiento”

El exceso de positivismo frente al cáncer puede provocar que el paciente "no se sienta comprendido en su sufrimiento”

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El exceso de positivismo por parte del entorno del paciente con cáncer puede llegar a provocar que el propio enfermo “no lo entienda” y lo valore de forma negativa ya que “siente que no se comprende su sufrimiento”, según ha detallado esta mañana Ana García Conde-Benet, psicóloga del Instituto Valenciano de Oncología (IVO).

Esta experta ha participado, junto a Tina Barahona y Adela Escriche, psicooncólogas de los hospitales La Fe y Clínico de Valencia y de la Asociación Española contra el Cáncer, en la jornada de actualización de la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir (UCV).

De esta forma, la psicóloga ha incidido en que “estamos inmersos en una cultura que evita el sufrimiento y busca la gratificación, el placer y el bienestar por encima de todo”. La ponente ha añadido que es algo irreal, “puesto que el sufrimiento está presente en nuestra vida”. Así, la manera en la que los profesionales de la psicooncología ayudan a pacientes y familiares es a “normalizar el sufrimiento y a aprender a vivir con el y no de espaldas”.

En esta jornada, García Conde ha relatado las claves del trabajo que desarrollan, en el que además de acompañar al paciente ayudan a su familia a que “descubran” lo que el enfermo necesita. Así, se trata de “estar, escuchar, ofrecer la ayuda y no tratar de adivinarla y abrir el diálogo con el enfermo, pues en ocasiones no se le deja expresar sus miedos a la muerte y al dolor porque a todos nos da miedo oír esto”.

Igualmente, la experta ha detallado que los psicooncólogos son profesionales sanitarios que forman parte del equipo y atienden a los pacientes durante todo el proceso. En este seguimiento son fundamentales “la escucha, descubrir los sistemas de apoyo del paciente -donde es clave la familia- y potenciar un afrontamiento activo de la enfermedad”, ha añadido.

Por otro lado, “variables como el estrés o la depresión tienen relación con la génesis y la evolución de la enfermedad, lo que es un desafío en la investigación muy importante para nosotros”, ha añadido la psicóloga.

“LA ATENCIÓN PSICOLÓGICA ES UN TRATAMIENTO MÁS”

Por su parte, Barahona ha presentado en la sesión de la Universidad Católica de Valencia el programa de evaluación e intervención psicológica en los casos de cáncer infantil que desarrollan en el Hospital La Fe.

Cuando se comunica a los padres que un hijo suyo tiene cáncer “el impacto emocional es tremendo”. No obstante, “cuando conocen el carácter real de la enfermedad y los avances, disminuye considerablemente el estado de estrés y ansiedad”. Por eso, “la atención psicológica es un tratamiento más, no es algo excepcional”, ha afirmado.

Al respecto, en lo referente al niño, “establecemos una intervención preventiva para que tenga las menores secuelas posibles, ya que el objetivo no es sólo que se cure físicamente sino también que tenga un desarrollo normal y no se vea afectado por la repercusión social de la enfermedad”

La especialista ha detallado que de forma habitual “les hace ser un centro de atención que les cuesta manejar”.

“AL PACIENTE HAY QUE ACERCARSE CON COMPASIÓN, TRANSPARIENCIA Y ACEPTACIÓN INCONDICIONAL”

La atención psicológica en cuidados paliativos ha sido abordada por Adela Escriche, de la Unidad de Psicooncología del Hospital Clínico de Valencia y del Hospital del Sagunto, quien ha incidido en “ayudar al paciente a que su enfermedad sea ocasión de releer su biografía sintiéndose amado por las personas de su entorno, a centrarse en una esperanza realista y a vivir la enfermedad con dignidad y autonomía”.

Para ello, a su juicio, un psicooncólogo, ha de tener, sobre todo, compasión, “entendida no como pena sino como el acercamiento con ternura al enfermo y la familia”. Así, ha recomendado no emitir juicios, mayor transparencia y aceptación incondicional, así como “reconocer la dignidad del otro sin paternalismos, intentando que el paciente ponga voz a sus preguntas y sentido a sus respuestas”.

Carola Minguet / comunicacion@ucv.es

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