La Facultad de Filosofía, Antropología y Trabajo Social de la Universidad Católica de Valencia (UCV) y la Escuela de Filosofía del Ateneo Mercantil han celebrado una nueva sesión del II Seminario de Historia de las ideas políticas. En el acto, celebrado en el Ateneo, ha participado el vicedecano de Multimedia y Artes Digitales (MAD), Guillermo Gómez-Ferrer, que ha analizado la figura del filósofo, escritor y político franco-suizo Benjamin Constant (1767-1830). En opinión de Gómez-Ferrer, el concepto “sentimental” de la libertad en la posmodernidad “genera insatisfacción con los sistemas democráticos”.

El vicedecano de MAD ha centrado su intervención en el análisis de una conferencia impartida por el filósofo galo en 1819, titulada Acerca de la libertad de los antiguos comparada a la de los modernos. Constant, “padre de las democracias contemporáneas en lo referente al establecimiento de una organización política que garantice la libertad de los ciudadanos” basaba su teoría de la libertad en la tenencia y disfrute por parte de cada uno de estos “de sus derechos civiles, del imperio de la ley y de la libertad en un sentido amplio”, frente a la actividad del Estado.

Así, Gómez-Ferrer ha enfrentado las tesis del ilustrado francés a la realidad política de la España actual: “La libertad de los españoles, según el concepto de la misma que sostiene Constant, está garantizada en nuestra Constitución; pero el modelo de libertad ha cambiado en la posmodernidad. Ese cambio ha provocado el descontento con los sistemas democráticos occidentales, aunque el verdadero problema no está en estos sino en el concepto sentimental de libertad que manejamos hoy”.

“Debemos cambiar nuestra concepción posmoderna y volver a la idea de libertad defendida por Constant, en la que el sistema político crea una estructura que permite al ciudadano disfrutar de sus derechos individuales. Ahora hemos pasado de los derechos individuales a crear unos identitarios y sentimentales. Es decir, si yo me siento de una manera determinada, ello me confiere un derecho que debe ser respetado, sea verdadera o no la ontología de lo sentido”, ha aseverado.

EL PROCÉS, EJEMPLO DE “LIBERTAD SENTIMENTAL”

Para Gómez-Ferrer la concepción posmoderna de la libertad se ve reflejada “muy bien” en el proceso independentista de Cataluña; en concreto, en la idea de que no se respeta el “derecho a decidir” de los catalanes para separarse de España: “Detrás de los nacionalismos hay modelos sentimentales, en los que se quieren cambiar unas reglas del juego democráticas fijadas de antemano: en este caso, la Constitución”.

“El argumento para ello es el de ‘yo no me siento cómodo en este sistema’. Sería como si en un partido de fútbol decido que voy a utilizar las manos para jugar porque no me siento cómodo con los pies. El proceso de cambio de una Constitución democrática no puede ser unilateral, sino el establecido por las reglas del propio juego, que pueden cambiarse, pero no a mitad de partido”, ha aducido.

Para volver al concepto de libertad de Constant hay que “desenmascarar el sustrato ideológico que se halla detrás de la libertad sentimental”, según el vicedecano de MAD. En ese sentido, es “imprescindible” concienciarse de esta situación y volver a unas relaciones políticas “basadas en la razón, el acuerdo y los pactos”.

“Haber llegado a esta libertad sentimental es un proceso largo de deconstrucción del ser humano sucedido a lo largo del siglo XX y que se está acelerando en este siglo. Esto está muy relacionado con la llamada ‘posverdad’, en la que ya no hay hechos sino que la realidad se reduce a narrativas, y cada uno tiene la suya. Eso imposibilita encontrar la verdad. Hay verdades, existen realmente, hemos de aprender a enjuiciar la realidad y no dejarnos llevar por los sentimientos y los relatos. Es necesario un cambio cultural en Occidente”, ha incidido.

En el acto ha participado también Antonio Lastra, director de la Escuela de Filosofía del Ateneo.