El catedrático de la Universidad de Salamanca Enrique Bonete ha subrayado en el curso de verano de Educación de la Universidad Católica de Valencia (UCV) que “todo docente, ineludiblemente, lo sepa o no, es un formador moral. La cuestión radica en qué contenidos debe mostrar de un modo ejemplar para hacer de los alumnos personalidades morales”.

Así, este experto no se ha mostrado partidario de la formación en valores “como algo que está ajeno o por encima del sujeto” sino que ha defendido que “los alumnos sean orientados en su carácter, modo de ser y de comportarse, lo que Aristóteles y los griegos llamaban el ethos moral”.

Por todo ello, Bonete ha señalado que “una de las tareas más importantes que puede realizar una persona es enseñar, transmitir lo que sabe, ser un buen profesor y además un profesor bueno. Nuestra tarea es una de las funciones que más pueden realizar al sujeto: transmitir con amor y con afecto a otros que quieren y necesitan aprender”.

En el curso de Educación ha participado también Diego Cuevas, asesor pedagógico de la editorial SM, quien ha asegurado que “todas las grandes líneas educativas actuales se encuentran ya en las enseñanzas de Jesús de Nazaret. Es el maestro por excelencia y en su Evangelio y doctrina se encuentran las grandes líneas maestras que después pedagogos de categoría mundial han ido desarrollando”.

Estas líneas son, en opinión del ponente, “construir una escuela donde el educador se haga presente como un regalo para el alumno, no como mero transmisor de conocimientos; situar al alumno en el centro del proyecto educativo; y tener una visión del educador humana -no como un gestor de herramientas educativas- que apuesta por un compromiso transformador de la sociedad”.

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