La Universidad agradece a las Hermanas de la Caridad de Santa Ana su servicio a los enfermos, los niños y los más desfavorecidos

Acto de Honores y Distinciones 2025

La Universidad agradece a las Hermanas de la Caridad de Santa Ana su servicio a los enfermos, los niños y los más desfavorecidos

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La Universidad agradece a las Hermanas de la Caridad de Santa Ana su servicio a los enfermos, los niños y los más desfavorecidos

La Universidad Católica de Valencia (UCV) ha distinguido con su Medalla de Oro a la Congregación de Hermanas de la Caridad de Santa Ana. Se ha vinculado este reconocimiento con la celebración de los 130 años que ha cumplido, en 2025, su hospital en Valencia, La Salud, pero, sobre todo, responde a que, desde 1804, entregan su vida al servicio de los enfermos, los niños y los desfavorecidos en más de treinta países de los cinco continentes.

Asimismo, como ha señalado en el acto de entrega el arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, “hemos querido hacer este reconocimiento porque también la misión de una universidad tiene que terminar en la vida. Una universidad como ésta prepara personas. La mayoría de nuestros alumnos ejercerán una profesión, pero en la UCV no sólo se quiere enseñar aquello que tienen que hacer, sino también cómo lo tienen que hacer”.

El gran canciller ha destacado, de este modo, que “educar no es sólo transmitir saberes: es acompañar a niños, adolescentes y jóvenes en su crecimiento personal” y se ha dirigido a las homenajeadas para afirmar que “lo característico de ustedes es su vocación, el testimonio, el modelo de cómo hay que educar y atender a los enfermos. Que una universidad distinga con su Medalla de Oro a una congregación como la suya es recordarnos a nosotros mismos la siguiente pregunta: ¿hacia dónde queremos caminar?”.

José Manuel Pagán: “Fe, entrega y caridad es la enseñanza que hoy nos entregan las Hijas de la Caridad”

Por su parte, el rector, José Manuel Pagán, ha asegurado que la congregación homenajeada es “un ejemplo de testimonio de vida, de entrega sin límites, que sólo se puede entender desde una fe profunda, un espíritu dispuesto a la entrega y una apasionada caridad. Esta es la enseñanza que hoy nos entregan las Hijas de la Caridad a nosotros, la UCV: fe, entrega y caridad. Ojalá este merecido reconocimiento despierte en nosotros un deseo de vivir así, complicándonos la vida con nuestros estudiantes, porque, como nos recordaba recientemente el papa León XIV: «Si quieres ayudar a alguien, no puedes pensar en mantenerte a distancia, tienes que implicarte, ensuciarte, quizás contaminarte”.

Por otro lado, Pagán se ha dirigido a los estudiantes que han alcanzado la excelencia en sus estudios de grado y doctorado, que también son distinguidos en este acto. Además de felicitarles, les ha recordado la importancia de ser agradecidos: “Queridos estudiantes, no dejéis nunca de agradecer, confío en que seáis jóvenes -hombres y mujeres- de corazón atento y memoria agradecida, capaces de reconocer que vuestras capacidades, vuestra inteligencia y, lo que es más importante, vuestra propia vida, son un regalo que habéis recibido y que os animo a poner al servicio de los demás, al servicio del bien común”.

En la ceremonia, celebrada en la sede Trinitarios, se han entregado igualmente las distinciones a los compañeros que han cumplido 15 y 25 años de trabajo en la UCV y se ha llevado a cabo un sencillo y merecido homenaje a quienes han accedido a su jubilación este último año. También a ellos el rector ha agradecido su desempeño, esto es, participar “de la misión de la universidad desde su realidad concreta, desarrollando su trabajo de manera sencilla, discreta, profesional, pero, sobre todo, desbordando amor, que es la mejor carta de presentación a quien no ha descubierto el amor de Dios. Sin duda, el amor es la principal palanca para el cambio social que necesitamos, empezando por nuestros alumnos. A todos y cada uno de vosotros, gracias, mil gracias, por vuestro testimonio y entrega”.

Pilar Samanes: “Tenemos el reto de estar atentos a nuevas pobrezas, nuevas marginaciones, nuevas soledades, nuevos vacíos existenciales”

Ha recogido la Medalla de Oro la hermana Pilar Samanes, directora del Hospital La Salud, quien se ha referido en su intervención al carisma de su congregación, nacida para ser “expresión de la caridad y de la hospitalidad”. “Las hermanas desde el inicio no quieren separar su relación con Dios de su relación con los hermanos. Se nutren de Dios en el encuentro con el hermano herido. A la persona herida o necesitada la contemplan, como dicen nuestras primeras Constituciones, como templo especialísimo, donde Dios quiere ser reverenciado”.

Tras recordar la historia de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, Samames ha reflexionado sobre su futuro, pues "el siglo XXI es un tiempo de grandes cambios y de nuevos retos para la sociedad, para la Iglesia y, por ende, para la congregación”. “Los valores de hace un tiempo han sido reemplazados por otros y las heridas de las personas también, aunque sigue habiendo, desgraciadamente y para nuestra vergüenza, muchos heridos de guerra. Tenemos el reto de estar atentos a nuevas pobrezas, nuevas marginaciones, nuevas soledades, nuevos vacíos existenciales y la sociedad nos va enviando mensajes”. En este sentido, ha invitado a estar atentos “para poder acompañar, para seguir siendo luz y sal desde el poder transformador de los valores del Evangelio”.

 

Adjuntamos discurso del rector

Se puede ver el acto en el enlace

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