Investigación
Ana Blázquez alerta sobre la barrera norte de la Albufera, "la zona más vulnerable ante el cambio climático"
Noticia publicada el
miércoles, 3 de diciembre de 2025
La investigadora principal del grupo Geomorfología Costera y Medio Ambiente (GEOCOAST) de la Universidad Católica de Valencia (UCV), Ana Blázquez, ha participado en la II Jornada de la Comisión Científica de la Albufera como una de las coordinadoras del encuentro. Durante su intervención, ha alertado sobre la vulnerabilidad de la zona norte del parque natural, ya que “presenta una barrera mucho más débil y sería el punto crítico ante una posible subida del nivel del mar o una nueva dana”. Por ello, ha defendido la necesidad de reforzar “la conservación y regeneración de playas y dunas” en este sector para aumentar su capacidad de respuesta frente a episodios extremos “tanto marinos como continentales”.
Sobre la respuesta del humedal a la dana de 2024, Blázquez ha explicado que “la laguna fue la gran salvadora”, ya que recibió “toda la cantidad de agua y sedimento” que descendía por los barrancos y ríos desbordados. Al encontrarse en una zona topográficamente más baja, los canales se abrieron y la Albufera pudo “recibir el agua y el sedimento”, desempeñando así “un papel decisivo al evitar que el episodio afectara con mayor intensidad a áreas urbanizadas". “Lo que salvó vidas es que la Albufera no está urbanizada”, ha resaltado. No obstante, ha señalado que las riadas del Poyo y del Magro, que llegaron a los arrozales, “arrastraron sedimentos y otros compuestos químicos procedentes de zonas urbanas e industriales, lo que supuso un daño ecológico adicional”.
Respecto al futuro del humedal, Blázquez ha insistido en que es prioritario “seguir estudiando los sedimentos”, es decir, la barrera, el relleno del marjal (realizado por numerosas riadas previas y por aportes marinos), así como la forma y profundidad del vaso remanente (la laguna actual), porque “la altura de la lámina de agua determinará su respuesta ante la subida del nivel del mar prevista para finales de siglo”. Ha reclamado, además, que los organismos públicos “inviertan en la Albufera” para “recuperar la laguna transparente y sin contaminación de los años 70” y ha pedido un consenso estable entre las administraciones. “La Albufera es una riqueza para los valencianos y debe ser un punto de inversión importante”, ha enfatizado.
La experta de la UCV ha intervenido en las jornadas como una de las cuatro coordinadoras de la Comisión Científica, al frente del área de balance sedimentario. En su bloque han paticipado los investigadores del GEOCOAST María López-Belzunce, María Sofía Briones, Irene Montoya-Blázquez y Borja Martínez-Clavel, que han mostrado cómo se formó la laguna, el papel del aporte fluvial y las tasas de sedimentación que la han modelado durante sus 8.500 años de historia.
Unidad para afrontar los retos
El encuentro, celebrado en el Jardín Botánico de la Universitat de València bajo el título ‘La Albufera. ¿Y ahora qué?’, ha reunido durante dos jornadas a cerca de cien expertos de universidades, instituciones y administraciones para debatir sobre el pasado, presente y futuro del parque natural. En la apertura, el vicerrector de Investigación de la UCV, José María Tormos, ha subrayado que esta cita busca reafirmar “nuestra conexión con un tesoro único que es la Albufera”, y ha resumido el espíritu con el que la universidad participa en el Comité Científico del encuentro en tres palabras: “agradecimiento, compromiso e ilusión”. Ha recordado que el humedal “nos ha dado vida, riqueza e identidad”, aunque ha lamentado que su “generosidad y resiliencia” hayan sido a menudo “dadas por hechas”, lo que ha contribuido a su actual situación de vulnerabilidad.
El vicerrector también ha hecho hincapié en la importancia de que las universidades e instituciones organizadoras de las jornadas unan su conocimiento “al servicio de la sociedad y de la naturaleza”, especialmente en un ecosistema tan singular. Ha apuntado que el lago, situado junto al mar, “interacciona con el ecosistema marino al otro lado de las golas y con los modelos de generación de riqueza de toda la Horta Sud”, por lo que “identificar entre todos las oportunidades para hacer frente a las amenazas constituyen un reto compartido”. Tormos ha cerrado su intervención apelando a la capacidad valenciana de “reeixir”, es decir, salir más fuertes y avanzar hacia el reconocimiento de la Albufera como reserva de la biosfera.
En la apertura de las jornadas también han participado el presidente de la Comisión Científica del Parque Natural de la Albufera, Antonio Camacho; la representante del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Amparo Querol; la vicerrectora de Investigación de la Universitat Politècnica de València (UPV), Belén Picó; y el vicerrector de Economía de la Universitat de València (UV), Justo Herrera.
Desentrañar el pasado para proteger la Albufera en el futuro
El grupo que encabeza Blázquez ha recibido la ayuda a grupos de investigación consolidados AICO de la Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo para desarrollar el proyecto ‘Análisis Multiproxi de la Albufera de València como receptora de los caudales del Poyo y del Magro. Evolución Multiescalar Pasada y Presente’. El estudio busca identificar antiguas danas y aportes fluviales, sobre todo los extraordinarios, mediante sondeos mecánicos de hasta 30 metros y análisis sedimentarios y micropaleontológicos que permitirán reconstruir paleoambientes y entender cómo ha reaccionado históricamente la laguna ante episodios de inundación.
Blázquez ha destacado la importancia de estudiar los caudales del Poyo, del Magro y de los barrancos asociados, porque “son el canal que vehicula el sedimento que rellena la Albufera y que la forma”. Los grandes aportes del pasado —procedentes de ríos como el Turia y el Júcar— permitieron que el mar construyera las barreras que cerraron el espacio lagunar. Para desentrañar esa evolución, el proyecto aplicará un análisis multiproxi que combina microfósiles, geoquímica, textura y contenido orgánico con técnicas de datación como el carbono 14, clave para determinar la edad y significado ambiental de cada estrato.
En definitiva, ha incidido en que, para anticipar cómo puede impactar en la Albufera un escenario climático adverso es imprescindible “saber cómo funciona”, y para ello, “resulta necesario estudiarla no solo en su estado actual, sino también en su evolución histórica”. Ha detallado que “desde que se originó la laguna, su comportamiento ha ido variando desde fases de agua más salobre hasta procesos de dulcificación durante la Edad Media, o el impacto que supuso la implantación del cultivo del arroz en su dinámica sedimentaria”. Conocer estos hitos, ha reiterado, “es esencial para predecir cómo se comportará la Albufera en las próximas décadas y para ofrecer a los gestores indicaciones fiables sobre cómo protegerla”.
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