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Presentación de 'Querido profe, me invaden las tinieblas'

Enrique Bonete: “A nuestra cultura le cuesta hablar de la muerte, a mis alumnos nadie les ha hablado de ella”

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Enrique Bonete: “A nuestra cultura le cuesta hablar de la muerte, a mis alumnos nadie les ha hablado de ella”

La Universidad Católica de Valencia (UCV) ha presentado el libro Querido profe, me invaden las tinieblas (Ariel, 2025), obra del valenciano Enrique Bonete, catedrático de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Salamanca. La obra es una suerte de testimonio basado en la historia real de una antigua alumna de Bonete, Nuria, que recibe con 33 años un diagnóstico de cáncer de colon. Tras la noticia, se pone en contacto con el profesor y se establece un diálogo epistolar entre ambos alrededor de las preguntas sobre el sufrimiento y la muerte que surgen a Nuria.

En ese sentido, Bonete ha asegurado durante la presentación del libro, que “a nuestra cultura le cuesta hablar de la muerte. A mis alumnos les sorprende tratar el tema porque nadie les ha hablado de ella, ni siquiera en la Facultad; pero la muerte ha sido siempre un tema central en el pensamiento filosófico, desde Platón hasta Lévinas”.

“Me deja perplejo que tantos jóvenes no hayan sido nunca interpelados acerca del final de la vida, acerca de la realidad de que todos nos vamos a morir. Lo sabemos más o menos, lo pensamos más o menos. Consciente de ese tabú, me ha sorprendido que, sin embargo, haya tanta gente interesada en este pequeño libro, en el tema de la muerte. Se trata, cierto es, de una cuestión tremenda, dramática”, ha señalado.

El objetivo del libro ha sido “doble”, según ha explicado Bonete: transmitir las “inquietudes universales” de esta alumna y difundir “de modo sencillo” las reflexiones de algunos filósofos sobre este asunto central de la vida humana. “No he tratado de desdramatizar la muerte, sino de poner un límite al dramatismo que existe a su alrededor”, puntualiza.

Lo que la enfermedad y la cercanía de la muerte enseñó a una chica de 33 años

La nueva obra de este filósofo valenciano es un “diálogo” en el que no quiso entrar, en un principio: “Recuerdo que Nuria, nombre ficticio que he utilizado para preservar su identidad real, me escribió el primer email durante las Navidades. Estaba atareado con la familia, los hijos y otras ocupaciones, pero le dije que, si me escribía, le contestaría. ... En ese momento, además, estaba escribiendo El morir de los sabios (Tecnos, 2019) y se lo comenté. De hecho, ella me escribió porque se había acordado del curso sobre ética de la muerte que yo impartía en la Universidad. Esas clases le impactaron, porque a ella tampoco le había hablado nadie de la muerte”.

“Por su enfermedad, Nuria tenía mucho tiempo y empecé a contarle cosas del libro y de los filósofos que iban surgiendo, los que me parecía que le podían servir más. Ella me escribía mucho, yo menos. Inicialmente lo único que me interesaba era contarle mi ‘rollo’, mi libro. Sin embargo, en cierto punto me di cuenta de que ella reaccionaba bien, reflexionaba, ponía en tela de juicio cosas que le comentaba, criticaba a Séneca, a Montaigne. Lo que más me conmovía era que pensaba honestamente. Y me dije: «Oye, esta muchacha…». Entonces entablamos un debate”, ha relatado.

Con poco más de treinta años, Nuria le preguntaba: «¿Voy a desaparecer?, ¿qué es estar muerto?». Bonete le transmitía las respuestas que los filósofos han dado a esos y otros interrogantes a lo largo de la historia y considera que la referencia a Miguel de Unamuno fue “providencial”. Frente a Schopenhauer, “que habla de la nada”, el literato y pensador vasco habla del “hambre de inmortalidad”, y ella respondía: «Ojalá esa vida para siempre fuera verdad».

Nuria se definía como “agnóstica”, no había leído los evangelios, no sabía rezar el Padrenuestro, y Bonete, católico, únicamente se adentraba en cuestiones religiosas cuando ella sacaba alguna a relucir: “Y preguntaba mucho. «¿Qué es la nada?, ¿qué es Dios?». Yo le contestaba: «Dios es luz». Le explicaba que el cristianismo propone humildemente una esperanza ante el muro de la muerte, que Dios se había revelado en Jesús de Nazaret y en su resurrección. Ante la esperanza cristiana, aunque la criticaba, se abría”.

“Lo más dramático acerca de la muerte en sí, no es ésta en sí misma, sino la separación de los seres queridos. Creo que esto se observa en nuestros diálogos, sobre todo, el hecho de que la consciencia, la cercanía de la muerte nos enseña cómo vivir: amando. Nuria tenía una mala relación con sus padres y creció en ella la necesidad reconciliarse. La enfermedad le había enseñado que lo más valioso es amar”, ha aseverado.

El misterio sobre la muerte de Nuria

Bonete no conoce el final de Nuria. Llegado un cierto momento, no recibió más correos. Le volvió a escribir, diciéndole que quería ir a verla, pero ella no contestó. Pasaron meses, repasó de nuevo los emails intercambiados, sus reflexiones, sus fotos: “A mi juicio, falleció a finales de 2018, cuando dejó de responderme. Estas enfermedades parecen prolongarse, pero llega un momento en que se desencadenan y se muere pronto, e imagino que eso fue lo que sucedió”.

“De sus padres no sé nada; no debió contar a nadie que se escribía conmigo. De hecho, me había pedido que nadie supiese que se escribía conmigo. Lo respeté. Sospecho -y es un juicio de valor- que no quería que se supiese porque soy católico. Pero sí me había dicho que le encantaría que se difundieran estas cartas, porque las valoraba”, ha aducido.

En la pandemia, el filósofo valenciano leyó y releyó los emails: “Aprovecho que nos encierran a todos para revisar todo el material. Hago una selección de la que desaparece lo íntimo, lo muy privado y me centro en lo que puede servir a todos, en que cualquiera que lo lea pueda darse cuenta de que el transcurso vital que está atravesando Nuria nos espera a todos más pronto o más tarde”.

El libro es un “seísmo de la inteligencia y de los afectos, profundamente honesto y necesario”

Junto al autor ha participado en el encuentro el filósofo Higinio Marín, rector de la CEU-UCH. En su intervención, Marín ha definido la obra como “un acontecimiento lector”, una experiencia que “zarandea”. En su opinión, “no es un libro en el sentido convencional. Es un seísmo de la inteligencia y de los afectos, una obra profundamente honesta, serena y necesaria en una cultura que huye sistemáticamente de la muerte”.

“La única unidad de medida para hablar de este libro que se me ocurre es a cuánta gente he pensado recomendarlo mientras lo leía. La lista es larga y comienza por mis cinco hijos. Voy a regalarles el libro a todos y espero que se lo lean. Quiero hablar sobre él con ellos”, ha confesado Marín.

La obra de Boneta, ha explicado, no narra solo una reflexión sobre el morir, sino “el nacimiento de una amistad genuina, forjada sin encuentros presenciales, sostenida por la palabra escrita y atravesada por la desesperación, la incertidumbre y las preguntas sin respuesta. Es una amistad que surge cuando alguien busca una mano y no tiene otra cosa a la que agarrarse”.

Uno de los aspectos que más ha destacado Marín es la evolución interior de la joven interlocutora, que pasa de un agnosticismo práctico a lo que ha definido como una “fe de deseo”: no una certeza creyente, sino “la esperanza de que sea verdad que exista algo más allá de la muerte. No es una conversión, es una apertura cordial a la posibilidad de que la esperanza no sea una ilusión”.

“En ese proceso, la filosofía ha cumplido un papel central. Bonete ofrece a su alumna y al lector las reflexiones de Séneca, Montaigne, Schopenhauer, Spinoza o Platón como una forma de acompañamiento racional ante la muerte. Al principio, dude de la eficacia terapéutica de este ejercicio, pero el propio diálogo me ha desmentido, pues la inteligencia también cuida; la razón que quiere aclarar la mirada es terapéutica”, ha aducido.

Marín ha cerrado su intervención reconociendo la dificultad de “presentar” un libro como éste: “No admite presentación -ha concluido-. Solo admite invitación. Una a dejarse afectar, a leer sin blindajes previos y a aceptar la posibilidad de que la experiencia del libro se convierta, para el lector, en un acontecimiento vital”.

Una obra “sin artificio ni tesis cerradas” cuya “autenticidad” se percibe en “cada página”

Por su parte, Eduardo Ortiz, decano de la Facultad de Filosofía, Letras y Humanidades de la UCV, ha asegurado en la presentación del libro que éste “no se limita a reflexionar sobre la muerte, sino que acompaña al lector desde la cercanía, el diálogo y la honestidad intelectual”. La “autenticidad” de la relación real entre profesor y alumna se percibe “en cada página”, según Ortiz: “Aquí no hay artificio ni tesis cerradas. Hay preguntas verdaderas formuladas desde la vulnerabilidad y respondidas desde la responsabilidad del pensamiento”.

De igual modo, el decano de Filosofía ha puesto en valor la capacidad del autor para hacer “accesible” la tradición filosófica sin “despojarla de profundidad”. Los filósofos que aparecen en el diálogo “no funcionan como autoridades lejanas, sino como compañeros de camino que ayudan a pensar el sufrimiento, el miedo y el límite que impone la muerte”.

Ortiz ha destacado también que el libro no impone creencias ni soluciones definitivas: “No adoctrina, propone. Y en esa propuesta reside su fuerza: ofrecer palabras y razones allí donde el silencio o la huida suelen imponerse”.

Finalmente, el decano de Filosofía ha remarcado en que Querido profe, me invaden las tinieblas interpela tanto a creyentes como a no creyentes y ha insistido en que se trata de una lectura que deja “huella”. Un libro, ha concluido, “que no se limita a ser leído, sino que invita a ser pensado y conversado”.

Experto en neuroética, ética de la muerte y filosofía política

Catedrático de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Salamanca, Enrique Bonete Perales (Valencia, 1959) con estudios en Estrasburgo, Berlín y Oxford, ha publicado numerosos trabajos en revistas especializadas de filosofía y ha coordinado varias obras colectivas. En 2018 recibió el Premio María de Maeztu a la “excelencia científica”, otorgado por el Rectorado de la Universidad de Salamanca.

Entre sus libros recientes destacan Ética de la Dependencia (2009), Neuroética Práctica (2010), Poder político: límites y corrupción (2014), Tras la felicidad moral (2015), Filósofos ante Cristo (2016), La maldad (2017), El morir de los sabios (2019), Con una mujer cuando llega el fin (2021), El abrazo velado (2022) y Ética de la guerra (2024).

Puedes ver el acto de presentación en el siguiente enlace

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