El director del Instituto de la Educación de la Universidad de Londres lamenta la práctica “mayoritaria” entre los maestros de “enseñar para aprobar exámenes”

El director del Instituto de la Educación de la Universidad de Londres lamenta la práctica “mayoritaria” entre los maestros de “enseñar para aprobar exámenes”

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Paul Standish, director del Instituto de la Educación de la Universidad de Londres (Reino Unido), no alberga demasiadas dudas sobre el problema fundamental en los sistemas educativos de la actualidad: la formación de los docentes.

Standish, que participa en el VIII Congreso Internacional de Filosofía de la Educación -que tienen lugar en la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir (UCV)- las facultades de Magisterio deberían animar a los estudiantes a invertir su energía en asignaturas “que amen”, pues esa relación con la materia que enseñan se transmite después: “Más que capacidades de manejo del comportamiento, disciplina, control eso es lo que hay que enseñar. Hoy se realiza una formación de tipo profesional. De este modo, la mayoría de los maestros acaban enseñando a los niños para que aprueben exámenes”.

“El profesor debe estar realmente entusiasmado, implicado con aquello que enseña. No hay un solo modo de que esto suceda, pues cada maestro posee un carácter y cada asignatura tiene su relevancia, pero lo fundamental es que se perciba cuánto le importa aquello que explica a sus alumnos; y esto, en cualquier nivel de enseñanza. De esa conexión genuina con la asignatura es de donde surgen las mejores relaciones entre profesor y alumnos; al final, eso es lo que le da autoridad al docente”, apunta.

Para Standish tanto la educación de los maestros como los propios sistemas educativos actuales van “en contra” de esta mentalidad: “En lugar de centrarse en la sustancia de lo que enseñan, a los maestros se les insiste en preocuparse de las notas de sus alumnos, de la corrección de los procedimientos, de aspectos formales de la enseñanza. Estamos haciendo una evasión de la educación refugiándonos en los aspectos formales”.

TEMOR AL INFORME PISA

El profesor de la Universidad de Londres asegura que la educación actual expresa una postura “nihilista”, una “falta de confianza” en lo que se enseña. Standish remarca la “gran dificultad” de esta cuestión, al ir “más allá de la educación”.

“Es un problema de nuestra era, de una cultura neoliberal que le pone precio a todo. Puntuamos cualquier cosa con números, desde el hotel en el que te alojas hasta las propias capacidades. De esta manera perdemos aquello que subrayaba Aristóteles: la calidad de la cosa en sí misma. Cuando los estudiantes escriben algo, por ejemplo, vamos rápidamente a mirar una lista de comprobación de criterios para ver si han hecho bien ese trabajo. Olvidamos, por tanto, que cualquier criterio necesita también de una interpretación, de un juicio”, indica.

De igual modo, Standish afirma que existe un clima de “temor” entre los maestros y directores de colegios a causa del continuo cambio de las leyes educativas, y del informe PISA: “La comparación entre países debería ser muy fructífera; podemos aprender unos de otros. Pero cuando se compara de una manera competitiva, ello impide que se compartan las mejores prácticas educativas. Además, PISA utiliza una medida estándar que no se corresponde con la variedad de las maneras de educar en todo el mundo”.

CONTENIDOS VERTEBRADORES DE LOS CURRÍCULUMS

El catedrático Juan Escámez, director del Instituto Universitario de Teoría de la Educación de la UCV, ha impartido junto con el vicedecano de Pedagogía de la UCV, Roberto Sanz, una ponencia en la que han planteado que “el cuidado por las ideas, por las personas, por la naturaleza, por las relaciones de igualdad, sean contenidos vertebradores de los currículum en nuestro sistema educativo”.

En su intervención, ambos profesores han propuesto “el desarrollo de las capacidades humanas como un modelo alternativo al progreso entendido como crecimiento económico” puesto que “el dinero no garantiza la calidad de vida, sino que ésta se alcanza con educación, salud, derechos sociales, posibilidades de participación en los asuntos públicos y con niveles de convivencia mejores”.

 “En nuestro modelo de educación se ha considerado como criterio fundamental la rentabilidad; nosotros proponemos cambiar el enfoque y atender a la calidad de vida. Esto no significa ir en contra de un desarrollo aceptable de la economía, sino entender el desarrollo como una mejora de la salud, de la capacidad de emocionarse, de expresarse, de participar…”, han subrayado estos expertos.

Asimismo, tal y como han argumentado en su exposición, “trabajando estas capacidades se pueden enfocar los problemas que tanto preocupan a la opinión pública, como son el cambio climático, las desigualdades sociales y la pobreza”.

A continuación, Ángela Serrano, profesora de la UCV, ha impartido una ponencia sobre resiliencia y ha coordinado más tarde una mesa con otros expertos sobre esta capacidad para superar los conflictos.

Durante la sesión de la mañana, que se ha centrado en la educación de las capacidades,  también se ha abordado la formación universitaria en la responsabilidad social, la interculturalidad y la atención a la diversidad y las comunidades de aprendizaje, entre otros temas.

D. Amat / C. Minguet / comunicacion@ucv.es

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