Esteban Escudero: “La universidad puede crear minorías pensantes, profesionales comprometidos con el bien de la humanidad”

Esteban Escudero: “La universidad puede crear minorías pensantes, profesionales comprometidos con el bien de la humanidad”

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Esteban Escudero, obispo auxiliar de Valencia y vicecanciller de la Universidad Católica de Valencia (UCV), ha avanzado algunas cuestiones que se tratarán en las jornadas de profesorado, centradas en la encíclica laudato Si, que se celebrarán los próximos 20 y 21 de junio en el Colegio San Vicente Ferrer-Dominicos (C/ Isabel la Católica, 25).

Intervendrá el gran canciller, cardenal Cañizares, y profesores de la UCV y de la Facultad de Teología y continuarán a lo largo del curso que viene con conferencias de aula dirigidas por los responsables del Departamento de Teología y Moral Católica y por los capellanes de esta universidad.

¿Por qué la comunidad universitaria debe ahondar en el cuidado de la casa común?

Las jornadas de la UCV se centran cada año en una problemática sobre la que la comunidad universitaria pueda debatir y reflexionar durante todo el año, y en esta ocasión hemos decidido que el tema sea la preocupación ecológica, pues conviene que se reflexione sobre un documento, de la mayor relevancia, en el que el Papa trata una visión global de la ecología.

Es una encíclica que puede facilitar el diálogo entre los cristianos, con otras religiones y también con quienes no tienen una confesión religiosa, así como una colaboración para salvaguardar la tierra y las colectividades humanas, la paz, la interioridad y la salud del hombre.

La universidad puede crear minorías pensantes. Su misión, además de formar profesionales, es que estos sean humanistas, comprometidos con el bien de la humanidad, seres humanos plenamente conscientes de sí mismos y de sus valores.

La preocupación ecológica está aceptada socialmente. ¿Dónde considera que está la originalidad de Francisco en este documento?

En estos años hemos sido conscientes del cambio climático, de catástrofes ecológicas como la desertificación, la carencia de agua en muchos lugares o el mal uso de los recursos naturales de la tierra. Francisco ha querido llamar la atención sobre estos hechos, avalado por muchos estudios científicos, pero la novedad de la encíclica no está solo en describir estos fenómenos que ya conocemos, sino que ha dado un sentido global al tema ecológico: no se trata sólo agresiones a la tierra sino de agresiones al ser humano. Los agravios a la tierra lo son también a la sociedad.

Igualmente, el Papa relaciona el problema ecológico con la violencia y con la degeneración política

Porque hay personas que ya no tienen esperanza de vivir mejor y por eso generan odio, violencia y agresión y todo esto puede incluso degenerar en la política de los estados. La aparición del Estado Islámico se ha debido a una radicalización del pensamiento religioso, debida, a su vez, a una pobreza cultural y real de muchas capas de la sociedad que viven en la venganza contra la sociedad occidental.

Francisco señala que también la interioridad del hombre se ve afectada por este proceso. ¿En qué sentido?

En que se busca un bienestar social basado en el consumismo. ¿Por qué deforestamos? Para hacer hoteles, bienes que son secundarios en la vida humana.

También, la lógica del poder, que lleva a hacer posible todo lo que sea técnicamente posible, está repercutiendo en la persona, que está distorsionada en sus relaciones consigo misma, con Dios y con el mundo. El hombre ha perdido la posibilidad de la contemplación de la belleza de un amanecer.

Al perder la interioridad, se ha perdido también la relación con Dios: el hombre se cree autosuficiente y piensa que puede hacer lo que quiera sobre sí mismo, en su cuerpo, en su sexualidad… Prescinde de las leyes de la naturaleza humana y se siente creador, capaz de determinar lo que está bien y lo que está mal.

Así pues, hay un problema ecológico con mayúsculas.

Sí, y si vamos en contra de la Naturaleza, esa misma Naturaleza se venga. Todos sabemos que si construimos casas en un arroyo, aunque esté seco, las aguas acabarán destruyéndolas, porque hemos infringido las leyes de la Naturaleza. Al hombre le pasa igual: si abusa del alcohol o de las drogas, tendrá una repercusión sobre sí mismo, pues no ha aceptado las leyes propias. O con el matrimonio, que es entre un hombre y una mujer; si no es así desciende el índice de natalidad, lo que conlleva unas consecuencias económicas, migratorias, de productividad y de pobreza.

¿Y cuál es la propuesta del Santo Padre?

A los cristianos nos pide una colaboración con una sana ecología, salvaguardar los valores sociales y morales, para disminuir la pobreza, la violencia en las ciudades, para todo aquello que puede dañar a la persona, así como que el ser humano respete su naturaleza femenina, masculina y familiar.

Nos propone caminar hacia una cultura de la solidaridad, de la interiorización y de la caridad al prójimo y de respeto a Dios y a su creación.

Esto supone también volver a valores radicalmente humanos como el deporte, la amistad, la fraternidad, que pueden dar respuestas eficaces a cada uno de nosotros, a la sociedad y a la agresión que es fruto del egoísmo humano.

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