¿Qué necesita Lamine Yamal? (Carola Minguet, Religión Confidencial)

¿Qué necesita Lamine Yamal? (Carola Minguet, Religión Confidencial)

Noticia publicada el

¿Qué necesita Lamine Yamal? (Carola Minguet, Religión Confidencial)

La celebración de Lamine Yamal por su mayoría de edad está dando que hablar, sobre todo a quienes se han escandalizado hasta el punto de querer denunciar al futbolista por contratar personas con acondroplasia como entretenimiento. Quizás esta idea desafortunada no haya sido, sin embargo, malintencionada. Cosificar a estos invitados (así como a las chicas despampanantes que desfilaban como trofeos) y convertirlos en parte del decorado, denota que no hay una sensibilidad desarrollada; más que a maldad, huele a inmadurez. Por eso, antes que acciones legales, lo que necesita el astro del Barça son acciones educativas, aunque seguramente se llegue tarde.

No obstante, sí se puede instruir a los niños y adolescentes a los que deslumbra. Para ello, se puede partir del análisis de la fiesta que recogió hace unos días La Vanguardia. El diario apuntó que, en lugar de un encuentro con personas cercanas, fue un espectáculo con el que el futbolista buscó reconocimiento, aplauso. No es raro en jóvenes: cuando la identidad aún no está formada del todo, es habitual construirla en torno a lo que se tiene y no a quién se es. Esto en psicología se conoce como ‘autoestima heterónoma’, es decir, aquella que depende de las reacciones externas, lo que suele indicar fragilidad. En estos casos, la imagen se convierte en la principal fuente de amor propio, pues la valía personal se mide por lo que los demás ven o comentan. El problema es que, cuando esa proyección no va acompañada de humildad y vínculos reales, acaba funcionando como un parche que tapa una inseguridad no resuelta.

No parece que Lamine vaya sobrado de humildad, atendiendo al despilfarro y a la estética general de la velada. Ahora bien, esta teatralización no es accidental, pues muchos chavales, especialmente en las redes sociales, representan constantemente un personaje, que suele ser una versión exagerada y maquillada de sí mismos que busca impresionar, pero que no responde a la realidad (y, por tanto, a la vulnerabilidad) de su persona. Precisamente por ello tienen una dificultad para construir relaciones auténticas. A la edad de Lamine, su familia y amistades deberían ser un pilar fundamental en su desarrollo, pero visto el jardín de popularidad y atracción mediática del que no lo preservan, al que incluso lo acompañan sus allegados, da que pensar que no podrá abandonar al personaje para ser, simplemente, él mismo: un deportista espectacular en el campo; un joven de carne y hueso en la vida. Tampoco se descubren las Américas al plantear si la mayoría de chicos y chicas que le rodean lo hacen como parásitos de su dinero y fama, lo cual puede generarle un tipo de soledad muy particular (igual ya está ahí, aunque no sea consciente).

Por tanto, de lo que se puede advertir a los adolescentes no es únicamente del alambre por el que se tambalea Lamine y de las papeletas que acumula para convertirse en un juguete roto, además de que es improbable encontrar alguno en las circunstancias del futbolista. Se trata, más bien, de ayudarles a reconocer que vivir hacia fuera confunde, agota y puede desmoronar a cualquiera.

Otro tema en el que se podría entrar son los modelos, pero evitando la demagogia. Pretender que Lamine sea un referente por el hecho de que lo observan miles de menores que visten emocionados su camiseta es absurdo. Está claro que sería estupendo si lograra transmitir los valores aparejados al deporte, que no son pocos, pero no tiene que ser un baluarte moral por razón de su profesión y, mucho menos, porque su vida sea viral. Juega al fútbol, no ha fundado una oenegé en Calcuta.

Por otro lado, cuando a los jóvenes se les presentan personas que han puesto su valentía, su inteligencia, su lealtad… al servicio de algo mayor que ellos mismos (si se es libre de prejuicios y complejos, también conviene hablarles de los héroes clásicos y, sobre todo, de los santos, que son una escuela de vida), no se debe obviar lo débiles que somos. Los cristianos sabemos que todos los hombres, incluidos los santos, somos meros instrumentos de Aquel a quien debemos nuestros méritos (el Rey que cabalga al frente, hacia la batalla, mencionado por Chesterton). Pero, si no se tiene fe, se puede aceptar igualmente que quienes más admiramos están hechos de nuestra misma pasta.

Cuidado, por tanto, con fabular con modelos intachables. De hecho, creo que una de las razones por las que la sociedad está empalideciendo tiene que ver esto. Cuando en lugar de mostrar modelos humanos verdaderos, se crean modelos sin fisura, se entra en una rueda peligrosa: sabemos que no somos perfectos, pero hay que aparentarlo, y el agobio de no llegar a los estándares genera una esquizofrenia interior que puede llevar a convertirte en un mentiroso o en un déspota empecinado en señalar las debilidades del otro. Incluso puede derivar en una doble vida, como estamos viendo estas semanas en políticos que por la mañana van al Parlamento y por las tardes al prostíbulo o a tejer redes de influencias desde su Ministerio. También muchos de los linchamientos que ocurren en las redes sociales, en el trabajo o en la comunidad de vecinos son producto de estos modelos ficticios.

Con todo, lo más triste del cumpleaños es que trasluce que a nadie le importa un carajo la vida de Yamal, por eso da igual que se rompa. Y lo mismo ocurre con la de tantos jóvenes, a los que se les ha metido con calzador que no tener límites es la libertad. Eso es no conocer la naturaleza humana. Si no somos sujetados y no nos sujetamos mutamos en fieras, confiesa San Francisco Javier. Necesitamos que nos aten y atarnos, como hizo Ulises para evitar el canto de las sirenas (¿ven cómo los santos son modelos, y los clásicos, actuales?). Requerimos ataduras y personas que nos acompañen y guíen no sólo en el día a día, sino en los entresijos de nuestra cabeza y corazón; de lo contrario, lo echamos todo a perder. Sin embargo, la sociedad nos vende posibilidades, experiencias e individualismo. Así nos va… pero lo dejo aquí, que me enciendo.

Calendario

«julio de 2025»
lu.ma.mi.ju.vi.sá.do.
30123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031123
45678910

Opinión y divulgación