UCV Medicine Talks
José Calabuig: “La medicina preventiva va a ser esencial, pero los médicos de familia están mal pagados y saturados”
Noticia publicada el
miércoles, 11 de junio de 2025
Uno de los protagonistas del tercer congreso UCV Medicine Talks, celebrado este curso y organizado por la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Valencia (UCV) y el Colegio Oficial de Médicos de Valencia, ha sido el profesor José Calabuig, director durante varias décadas del servicio de Cardiología Intervencionista de la Clínica Universidad de Navarra. Conocido en todo el mundo por haber sido el médico de Miguel Indurain, Calabuig es un experto en el efecto del estrés en el corazón. Ha afirmado, por ejemplo, que “el estrés mata, ya sea física o psicológicamente. Siempre se cobra su pieza”, o que “el estrés produce los mismos efectos en el corazón que el tabaco o la hipertensión”.
En una España que sigue engordando y es cada vez más sedentaria, el estrés posee un efecto “devastador”, según el profesor de la UNAV. Por ello, ha profetizado en su tierra y donde le han querido escuchar acerca del negro futuro que espera a la salud de las personas y a la sanidad nacional, en general, si no se planta cara a este mal social.
¿Estamos en la época más estresante de la historia, o al menos de Occidente, de Europa?
Tal cual. El nivel de estrés es tremendo. Tenemos muchos medios, mayor posibilidad de comunicación, el conocimiento es tremendo, pero las exigencias que vivimos hoy son muy grandes en todos los ámbitos. Se nos exige en el trabajo, en la familia, socialmente... y parece que quien no logra el éxito en todo, casi no tiene derecho a existir. Desde mi punto de vista, el estrés es terrorífico, lo estudio desde hace muchos años, y una de las recomendaciones que cada día hago a mis pacientes es que aprendan a gestionarlo.
Al inicio de los noventa, venían a la consulta los ciclistas del equipo Reynolds con infecciones. Siempre me preguntaba: «¿Cómo puede ser que estos señores, con una vida tan saludable, se contagien de bichos tan extraños?». En esa época leí a una autora finlandesa que había investigado muchísimo sobre esto y explicaba que el estrés físico era capaz de deteriorar el sistema inmunitario. De ahí que estos deportistas cogían las infecciones. Esta investigadora también hablaba del estrés psíquico y señalaba que los dos tipos de estrés son prácticamente agresiones contra nuestro organismo, ambos dañan al sistema inmunitario.
Además de aprender a gestionar el estrés, ¿existen otras formas de ayudar a nuestro sistema inmunitario?
Sí, haz todo aquello que potencie la contraofensiva inflamatoria que tiene la situación de estrés sobre nuestro organismo. Se pueden practicar técnicas de relajación, por ejemplo, pero cuidar la alimentación cada día y hacer ejercicio físico moderado son los dos factores fundamentales. Te cuento una historia al respecto: a inicios de la década de los 2000 traté a una atleta olímpica que era la más mayor del equipo y creían que estaba derrotada. Los que la trajeron a la consulta me dijeron que estaba psicológicamente hundida. Tras realizar unas pruebas, vi que tenía una infección brutal con unos niveles muy altos de cierto virus y descubrí que el año anterior había sido fatal, con muchas infecciones, debidas a que sus entrenadores la habían matado a cargas físicas.
Los virus no tienen tratamiento, pero hay moléculas que sí pueden hacerles daño, así que le prescribí un tratamiento y le dije: «Apártate del entrenamiento duro que hacen tus compañeros, recupérate y haz ejercicio moderado». Faltaban 45 días para las Olimpiadas. Cuando sólo quedaban dos semanas, ya había mejorado muchísimo y me preguntaron en la federación si la llevaban o no a competir. Les dije que sí. Quedó la sexta del mundo y obtuvo diploma olímpico, algo que esa federación jamás había conseguido, tampoco en categoría masculina. Es uno de los casos que muestra cómo el ejercicio moderado puede potenciar el sistema inmunitario.
Es decir, que el estrés, físico y psíquico, nos enferma.
Así es. De hecho, las enfermedades autoinmunes también pueden aparecer por una mala gestión del estrés. Incluso el cáncer tiene relación con el sistema inmunitario. Cuando me atreví a decir esto un poco con la boca pequeña hace años, algunos me dijeron que estaba loco. Después se demostró que no dije ninguna barbaridad: apareció la inmunoterapia, que es hoy en día una alternativa a la quimioterapia para el tratamiento oncológico.
Nuestro sistema inmunitario está capacitado para defendernos de una agresión, de una inflamación, de todo, incluso quiere atacar la arteriosclerosis, pero no puede con ella. En ese sentido, el estrés hace mucho daño. Otro ejemplo; existe un 5% de enfermos de corazón, de cardiopatía isquémica con lesiones coronarias, que no contaban con ningún factor de riesgo. Pero les preguntas por su vida, y compruebas que sufren un estrés enorme.
Ha hablado antes de que una buena alimentación favorece la reducción del estrés y el fortalecimiento del sistema inmunitario. ¿Qué comidas recomienda a tal efecto?
Basta con buscar en Google los llamados alimentos “antiinflamatorios” y “antioxidantes”. Ahí encontramos aquellos ricos en vitamina C: frutas, verduras... las alubias rojas también van bien, como el vino tinto, que tiene poder antioxidante. Daría, no obstante, un consejo general: prácticamente todo alimento natural de color rojo es antiinflamatorio y antioxidante; desde los tomates, las fresas o las ciruelas hasta las granadas y los arándanos. Debemos incorporar este grupo de alimentos a nuestra dieta.
¿Cuáles habría que evitar?
Mira, cuando un paciente me dice que come bien, yo le respondo que “comer bien” no es evitar el bacon o la mortadela; eso sería comer de manera normal. Deben comer mucho mejor; es decir, con los alimentos que les ayuden.
Por ejemplo, los hidratos de carbono de índice glucémico alto, los que proceden de los azúcares refinados, son muy proinflamatorios y hacen un daño brutal. Que se alimente así un joven de 20-30 años no me preocupa, porque los quema y su organismo se adapta. Pero partir de una determinada edad, 35-45 años, hay que cuidar la dieta, no engordar, porque nuestro organismo envejece. Por esa razón, los deportistas de élite abandonan la competición a partir de los 35-40 años; ya no pueden seguir el ritmo de sus compañeros. El organismo se hace mayor y ya no tiene la capacidad de recuperación de cuando eran más jóvenes.
Basta observar las cifras de nacimientos para comprobar que cada vez va a haber más organismos viejos que jóvenes en la sociedad española. ¿Qué puede hacer la sanidad pública?
Mucha medicina preventiva, porque no podremos soportar el gasto médico que eso va a suponer, teniendo también en cuenta la longevidad actual de las personas. Además de que una población más envejecida conlleva tratar más enfermedades, hoy mucha gente mayor tiene sobrepeso, es obesa o superobesa, y entonces, surgen la diabetes, la hipertensión arterial, el ácido úrico, la hipercolesterolemia... todo ello, fruto de una mala alimentación durante años.
Miguel Ángel Martínez, un catedrático de la Universidad de Navarra que da clases en Harvard afirma que los hemodinamistas (médicos especialistas en la anatomía, fisiología y manipulación de los procedimientos hemodinámicos en el corazón) somos el fracaso de la medicina preventiva. Yo añadiría que somos los bomberos del fallo de la medicina preventiva. Es decir, un incendio en una casa se produce por algún tipo de fallo, la casa se quema y, entonces, llegan los bomberos a apagar el fuego. Si acuden pronto, sólo se ha quemado una habitación; si llegan tarde, el fuego ha arrasado con la casa. En medicina sucede exactamente igual, así que la prevención para que no se produzcan fallos es esencial.
Mira, además de añadir años de vida, hay que añadir vida a esos años. Da pena ver a un señor de ochenta años sin capacidad para moverse. La vida sana hay que llevarla hasta el final, porque el organismo te premia: te encuentras muy bien, estás a gusto. Entonces, se te van las ganas de fumar y de engullir alimentos que, a la larga, te costarán la salud.
¿Qué recomendaciones le haría usted al Ministerio de Sanidad para llevar a la práctica de forma generalizada una buena medicina preventiva?
La primera, que en las facultades de Medicina se incida mucho, no sólo en proporcionar el conocimiento necesario a sus alumnos, sino también en la idea de formar a los médicos del futuro. ¿Qué especialidades van a ser fundamentales en los años que vienen? Por ejemplo, la medicina de familia. Sin embargo, hoy no se cuida nada a estos profesionales, están mal pagados, saturados y no trabajan en las mejores condiciones. Siendo así, ningún estudiante quiere hacer esa especialidad al terminar la carrera. Pero los médicos de familia son claves en la puesta en marcha de una medicina preventiva eficaz, son los que están en contacto con la gente en los barrios, en los pueblos y quienes pueden corregir sus malos hábitos.
Lo segundo importante es realizar muchas campañas de concienciación. En lugar de gastar tanto en otras cosas, es indispensable realizar acciones publicitarias con prestigio y con autoridad para explicar lo buena que es la vida saludable, todos sus beneficios. Estos dos aspectos, al fin y al cabo, señalan que la prevención hay que hacerla en la raíz, no esperar a que lleguen los problemas y haya que avisar a los bomberos. Ah, se me olvidaba: los colegios también deben educar en la vida sana. Y, por cierto, también en el respeto y en el principio de autoridad.