Congreso Familia, Cultura y Educación
Gilfredo Marengo: “La Iglesia ha sido llamada a mirar a las familias no sólo reafirmando la doctrina, sino mostrando misericordia ante sus fragilidades”
Noticia publicada el
miércoles, 14 de mayo de 2025
Gilfredo Marengo, vicepresidente de la sede central del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II (PITJP II), ha participado en el congreso ‘Familia, cultura y educación’, organizado en la Universidad Católica de Valencia (UCV) por la sección valenciana del Instituto el PITJP en el año que se conmemora su trigésimo XXX aniversario. Durante su intervención, ha explicado que la Iglesia “se ha enfrentado a un cambio de época” en el que “se ha roto el vínculo tradicional entre matrimonio, sexualidad y procreación”. Así, “se ha pasado de un esquema donde el hijo era fruto del matrimonio” a otro en el que “el deseo de sexo, de unión, de hijos, se vive de forma autónoma”. En este nuevo contexto, “la familia generada por el amor está en el centro de los lazos antropológicos fundamentales” y, por eso, “se ha convertido en un factor decisivo para edificar la sociedad”.
Frente a esta transformación, Marengo ha afirmado que “la Iglesia ha sido llamada a mirar a las familias de nuestro tiempo no sólo reafirmando la doctrina, sino mostrando misericordia ante sus fragilidades”. También ha advertido de que “no puede limitarse a un ideal teológico del matrimonio demasiado abstracto”, pues “es necesario manifestar con acciones su cercanía al amor humano”.
A la jornada también se ha sumado Juan José Pérez Soba, profesor del PITJP II en la sede central de Roma, que ha proclamado que “en un tiempo de incertidumbre y temor, la familia ha recibido de Dios una vocación propia que la convierte en lugar de esperanza”. Así, ha subrayado que “este don, vinculado a la fecundidad, implica, ante todo, la regeneración de una vida plena”. Según ha enunciado, “el hombre no ha estado solo, pues ha podido encontrar en la familia un apoyo real para vivir con sentido”. Asimismo, ha señalado que “las familias cristianas han reconocido, incluso en su fragilidad, la misericordia de Dios”, y por ello “se han convertido en luz en medio del mundo”. A su vez, ha insistido en que “la Iglesia ha tenido que acompañarlas y sostenerlas para que ese testimonio llegue a todos como fundamento de esperanza”.
Treinta años de servicio
En la apertura del congreso han participado Fernando Ramón Casas, obispo auxiliar de Valencia; José Manuel Pagán, rector de la UCV; y José Manuel Hernández, director del Instituto Juan Pablo II de Roma en Valencia.
Ramón Casas ha invitado a “honrar la memoria del que fue fundador de este instituto”; para ello, ha instado a que “nos entreguemos plenamente al estudio, al trabajo, a la reflexión y al anuncio del amor cristiano, así como de la familia y el matrimonio”, convencido de que es “el mejor servicio que podemos ofrecer a nuestra sociedad”.
El rector ha aprovechado su intervención para “felicitar al Instituto por sus primeros treinta años en Valencia” y ha expresado su agradecimiento por “su labor como fuente de inspiración para muchas personas”. Asimismo, ha pedido “una comunidad universitaria con profesores que tengan un corazón que vea la realidad de los jóvenes y los acompañen con amor y fe, más allá de la simple formación profesional”. Igualmente, ha hecho un llamado a “ser testigos del amor de Dios” y ha remarcado que “la educación tiene un valor que trasciende lo utilitario”.
Por su parte, José Manuel Hernández ha recordado que el Pontificio Instituto “nació en un contexto sociocultural complicado, incluso con confusión dentro del propio sentir eclesial respecto a la moral y la antropología”. Dicha confusión “no ha desaparecido del todo”, por lo que el Instituto ha seguido “escudriñando la dimensión antropológica y moral para iluminar lo humano y defender la importancia de la familia”.
Higinio Marín: “La familia ha sido el gran ausente en la metafísica occidental”
El filósofo Higinio Marín, rector de la Universidad Cardenal Herrera CEU, ha pronunciado la ponencia ‘Para una metafísica de la familia: Arqueología y teleología’, en la que ha advertido que “la gran tradición filosófica de Occidente no ha concedido a la familia la centralidad que le corresponde en el orden metafísico”. Según ha precisado, “la definición de persona como sustancia individual de naturaleza racional ha invisibilizado las dimensiones relacionales y generativas que configuran la realidad familiar”. A su juicio, “solo en tiempos recientes, la filosofía ha empezado a recuperar ese vacío mediante un enfoque más atento a la antropología concreta”.
Asimismo, Marín ha afirmado que “la memoria ha sido el origen profundo tanto de la familia como de la civilización”. Ha indicado que “la mujer humana se ha definido como el animal que no olvida, porque ha sabido sostener vínculos incluso más allá de la muerte”, y ha resaltado que “la casa ha sido el lugar donde esa memoria ha encontrado forma, convirtiéndose en el órgano del recuerdo y en el ámbito donde se ha cultivado la hospitalidad como base de la vida familiar”.
En las sesiones, celebradas en la sede Santa Úrsula, han intervenido los profesores del Instituto Ana Belén Álvarez, José Alfredo Peris Cancio y Gloria Casanova.
La clausura del congreso ha corrido a cargo de Juan Andrés Talens, decano de esta sección del Pontificio Instituto; Francisco Jiménez, secretario emérito, y su director, José Manuel Hernández.