La Universidad Católica de Valencia (UCV) ha celebrado en la sede Trinitarios la jornada ‘El arte de sanar: celebrando a San Lázaro’, organizada por la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud. El encuentro ha acogido la entrega de los premios a los Trabajos de Fin de Grado del curso 2024-2025 con mejor calificación de la titulación en Fisioterapia, así como la ponencia de Luis Escudero, coordinador del Departamento de Fisioterapia en el Grupo Biomédico ASCIRES.

En el acto, Alberto Mora ha dado a conocer su proyecto, centrado en la efectividad del ejercicio terapéutico combinado con la restricción de flujo sanguíneo en personas mayores con o sin sarcopenia. El joven ha descrito esta patología como “una enfermedad muscular progresiva asociada al envejecimiento”, caracterizada por “la pérdida de fuerza, de masa muscular y de funcionalidad”, lo que incrementa el riesgo de caídas y dependencia. A partir de estos datos, ha apuntado que el ejercicio con restricción de flujo sanguíneo “cobra vital importancia”, al ofrecer “beneficios similares al ejercicio de alta intensidad” y resultados superiores a los obtenidos con cargas bajas. Como conclusión, ha afirmado que esta modalidad es “efectiva para la mejora de la fuerza, la masa muscular y la funcionalidad en adultos mayores”.

A continuación, Cristina Mas ha expuesto una revisión sistemática sobre el uso del entrenamiento basado en realidad virtual para mejorar la marcha en niños con parálisis cerebral espástica. Durante su presentación, ha recordado que esta condición es “la discapacidad física más común en la infancia” y que se relaciona con alteraciones del movimiento, la coordinación, el equilibrio y el control postural. En este sentido, ha destacado que la realidad virtual permite “crear entornos muy cercanos a la vida real”, facilitando la repetición de tareas con posible transferencia a la vida diaria. Según los resultados analizados, esta modalidad muestra “mejoras en la movilidad y el equilibrio”, si bien ha advertido de la necesidad de “seguir investigando” y avanzar hacia “protocolos estandarizados” que consoliden su aplicación clínica.

Por su parte, María Perales ha abordado un estudio centrado en la combinación de electroestimulación, realidad virtual, terapia de espejo e imaginería motora en pacientes con lesión nerviosa periférica. En su análisis, ha señalado que este tipo de lesión “supone una afectación grave que compromete de forma significativa la funcionalidad y la calidad de vida” y continúa representando “un reto terapéutico”, especialmente en los cuadros más severos. Desde esta perspectiva, ha defendido que la aplicación conjunta de estas técnicas podría ser “más efectiva que el uso aislado de la electroestimulación” y ha puesto en valor que se trata de intervenciones “no invasivas, de bajo coste y de fácil aplicación”, con capacidad para “cambiar el paradigma” en su abordaje.

Finalmente, Paula Iborra ha centrado su trabajo en una revisión narrativa sobre la intervención multidisciplinar en el citomegalovirus congénito, al que ha definido como “la causa más frecuente de infección congénita en los países desarrollados”. A lo largo de su intervención, ha explicado que, pese a que “no existe una vacuna” y la evidencia terapéutica sigue siendo limitada, el seguimiento precoz resulta fundamental para anticipar posibles secuelas. En este marco, ha destacado el papel de la fisioterapia, señalando que “no trata la enfermedad como tal”, sino que actúa sobre “las secuelas motoras, sensitivas y cognitivas” para favorecer “la funcionalidad, la autonomía y la calidad de vida” de los pacientes.

Formación integral para el futuro de la fisioterapia

Durante su intervención, Escudero ha subrayado que “la fisioterapia es mucho más que técnica”. Desde su experiencia tanto en el alto rendimiento deportivo como en la gestión sanitaria, ha explicado que el conocimiento clínico se ve fortalecido cuando se acompaña de otras habilidades, destacando que “la comunicación es una habilidad transversal” clave para “saber cómo llegar al paciente, a un directivo o a un familiar”, y ha señalado la importancia de seguir avanzando en competencias estratégicas que favorezcan “una mayor presencia de los fisioterapeutas en los espacios donde se toman decisiones”.

Asimismo, ha reflexionado sobre la transición al ejercicio profesional de los egresados, indicando que el inicio de la carrera laboral puede generar “frustración y desconocimiento” si no se cuenta con una visión amplia del sector. En este sentido, ha recordado que “el 90 % acaba emprendiendo”, ya sea a través de “una marca personal, una clínica o un negocio vinculado al sector”, lo que, a su juicio, evidencia la importancia de conocer las distintas salidas profesionales y las dinámicas del ámbito sanitario. Según ha detallado, este escenario exige prepararse más allá del ámbito asistencial y apostar por “la diferenciación y la comprensión del entorno en el que se desarrolla la fisioterapia”.

En este contexto, Escudero ha defendido el papel de la universidad como espacio “clave” para acompañar a los estudiantes en esta preparación integral y ha insistido en que “si queremos que la profesión avance, tenemos que aprender a hablar el lenguaje de quienes deciden hacia dónde vamos”. Para finalizar, ha animado a los alumnos a aprovechar su etapa formativa para adquirir una visión global de la profesión y a implicarse en su desarrollo colectivo, con el objetivo de “construir una profesión más sólida, representada y sostenible en el tiempo”.

Vocación y compromiso con el cuidado del paciente

El encuentro ha contado con la participación del decano de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, Carlos Barrios, quien ha señalado que el encuentro no solo ha conmemorado a San Lázaro, sino que ha servido para “reconocer nuestra vocación”, entendida como la de “acompañar, aliviar, recuperar y devolver la autonomía a los pacientes”. En este sentido, ha subrayado que la fisioterapia “no es solo técnica”, sino que exige “una mirada clínica que va más allá de aplicar procedimientos”, basada en “la escucha atenta, la constancia y la confianza”. Asimismo, ha recordado que “no siempre se trata de curar de forma inmediata”, sino de “ayudar a los pacientes a vivir mejor, con más calidad de vida”, animando a los asistentes a salir del acto “con el orgullo de ser fisioterapeutas y, además, de la UCV”.

Por su parte, el decano adjunto de Medicina, Fisioterapia y Podología, Óscar Fabregat, ha centrado su intervención en la realidad profesional de los futuros egresados, apuntando que las dificultades laborales responden a “un problema estructural de nuestra sociedad” que afecta a numerosas profesiones sanitarias, si bien ha destacado que “siempre se buscan profesionales motivados, con ganas de aprender y bien formados”. En la misma línea, el vicedecano del Grado en Fisioterapia, Jorge Alarcón, ha resaltado el carácter especial de la jornada al celebrarse “por primera vez en la Universidad desde que se fundó el grado” y ha puesto en valor estos espacios para reforzar la comunidad universitaria, recordando que la fisioterapia “no solo trata cuerpos, sino que acompaña procesos, devuelve movimiento, alivia dolor y, sobre todo, restaura la esperanza”, como parte de unos valores que, según ha afirmado, “forman parte de nuestro ADN”.

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