El cardenal arzobispo Antonio Cañizares, gran canciller de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, ha invitado a los cristianos, en una conferencia sobre los 50 años de la clausura del Concilio Vaticano II, a reavivar la llamada a la santidad que supuso este acontecimiento eclesial, "pues sólo una Iglesia renovada y fiel a esta vocación podrá evangelizar como en los primeros tiempos".
En este sentido, el Cardenal ha señalado que en la medida que los fieles católicos renueven su conversión al Señor y vivan con su gracia la vocación a la santidad, "existirá una Iglesia rejuvenecida y con vitalidad". "La salvación de la Iglesia viene de su interior y depende de todos los católicos llamados a darle vida. El mundo de hoy no necesita nuevos reformadores sino que tiene necesidad de santos", ha apuntado.
"El Concilio Vaticano II es sin duda el acontecimiento más importante de la Iglesia en el pasado siglo XX, un nuevo Pentecostés que irrumpió de manera inesperada en nuestra historia y que ha supuesto una gran esperanza para los cristianos y para el mundo", ha señalado.
En la conferencia, organizada por el vicerrectorado de Extensión Universitaria y Cultural de la UCV, el purpurado ha destacado la vigencia de los documentos aprobados en el Concilio y ha señalado que continúan siendo la Carta Magna de la Iglesia del tiempo presente. De esta manera, recordando las palabras del Papa Juan Pablo II, el Arzobispo ha recordado la necesidad de "conocer mejor e íntegramente el Vaticano II, de realizar un estudio sobre el mismo "más intenso y más profundo".
Además, el cardenal Cañizares ha calificado este acontecimiento como una primavera para la Iglesia, "un don magnífico con un alcance de futuro que todavía ahora solo podemos vislumbrar". "La semilla está aún creciendo y dará sus frutos a su debido tiempo, algunos ya presentes", ha añadido.
De la misma manera, el prelado ha destacado la visión profética del Concilio y cómo algunos de sus textos, en el momento de su proclamación, "parecían adelantarse a su tiempo". En el momento de su convocatoria, ha continuado el Cardenal, el Papa Juan XXIII señaló la necesidad de afrontar con valentía la evangelización del hombre contemporáneo, "el Pontífice percibió la urgencia de acercarse al mundo, a esa humanidad sufriente y zarandeada por los importantes acontecimientos como las grandes guerras del siglo XX".
"ALEGRÍA Y ESPERANZA EN EL PUEBLO CRISTIANO"
En referencia a la acogida que tuvo el Concilio Vaticano II entre los cristianos, el Cardenal ha destacado que el anuncio de Juan XXIII causó una verdadera sorpresa, pero también una gran alegría y esperanza para todos, tanto en la jerarquía como en los laicos, comprometidos de una manera llamativa. "Recuerdo el ambiente de euforia generado, el regocijo de los sacerdotes que de inmediato se pusieron a predicar las ideas del Concilio desde el púlpito y en la catequesis. Se vio como este acontecimiento no fue una decisión de un Papa, sino algo que el Espíritu Santo estaba suscitando en el mismo pueblo de Dios", ha añadido.
De entre los documentos aprobados en el Concilio Vaticano II, el arzobispo Cañizares ha resaltado la importancia del primero, Sacrosanctum Concilium sobre la renovación litúrgica. Con esta decisión, el prelado ha señalado que la Iglesia le otorgó a Dios el lugar que le corresponde, el primero. "La liturgia es la primera escuela de nuestro Espíritu. El primer don para entregar al pueblo cristiano", ha destacado el Cardenal.
El gran canciller de la UCV ha invitado a los presentes a dar gracias a Dios por la renovación litúrgica que trajo consigo el Concilio. Según ha explicado, "no se trataron de cambios que obedecieron a adaptaciones acomodaticias al servicio del mundo, sino reestructuraciones para que la Iglesia viva con mayor profundidad y transparencia la alegría de Cristo, muerto y resucitado".
Además, sobre el Vaticano II, el prelado ha destacado que no se trató de una mera reforma de las estructuras sino "un cambio interior de la Iglesia y de sus fieles, instrumentos santos para hacer presente el evangelio de Jesucristo". "Que Dios nos conceda a todos recibir el Vaticano II como camino, don y profecía para nuestra vida. Nuestra misión ahora es conocerlo, darlo a conocer y aplicarlo en el tiempo presente", ha concluido el cardenal Cañizares.
Sara Giménez / comunicacion@ucv.es