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La práctica de actividades coreográficas combinada con una dieta controlada ayuda a perder peso y a mejorar la autoestima de personas con obesidad
lunes, 15 de junio de 2015 Lo demuestra una tesis con mención internacional defendida en la UCV por Cristina Monleón y dirigida por los Dres. Carlos Pablos, Ana Pablos y Marta Martín

La tesis doctoral con mención internacional Programa de intervención con actividades rítmicas y coreografías (PIAFARC) en obesos adultos en función del control nutricional", defendida en el salón de actos del campus de Valencia-Santa Úrsula de la Universidad Católica de Valencia "San Vicente Mártir" por Cristina Monleón García, y dirigida por los Carlos Pablos, Ana Pablos y Marta Martín, obtuvo la calificación de sobresaliente ‘cum laude'.

En su estudio, Monleón diseñó un programa de actividad física basado en bailes como salsa, merengue, bachata, chachachá, así como en diferentes actividades que emplean ritmos cuaternarios y juegos con base musical, con el objetivo mejorar la calidad de vida, características físicas, antropométricas, psicológicas y de densitometría ósea en personas adultas obesas.

Asimismo, Monleón comparó los efectos de estas actividades rítmicas y coreográficas en un programa que llevó consigo un seguimiento nutricional por un centro de salud, con otro programa en el que se trabajaron hábitos nutricionales con la incorporación de talleres sobre la materia.

Para desarrollar su estudio la doctoranda realizó dos intervenciones de ocho meses de duración cada una de ellas.

En la primera intervención, los participantes fueron incluidos en un programa de actividad física rítmico coreográfico combinado con un control nutricional llevado a cabo por el centro de salud. La muestra objeto de estudio estuvo formada por 34 participantes, 25 mujeres y 9 hombres. Las sesiones de actividad física tenían una frecuencia de dos sesiones semanales presenciales y una, no supervisada, en casa.

En este programa, Monleón midió parámetros como la resistencia, el equilibrio, la flexibilidad, la fuerza de miembros superiores e inferiores, la coordinación rítmico corporal, la composición corporal y la densitometría ósea. Asimismo, la doctoranda también evaluó aspectos como la calidad de vida y la autoestima.

De la misma forma, en esta primera intervención la investigadora realizó "entrevistas cualitativas de índole semiestructurado para describir e interpretar el contexto de los participantes, con el fin profundizar y conocer la realidad del programa de intervención" señala Monleón.

En el segundo estudio la doctoranda combinó la práctica de actividad física rítmico-coreográfica con una dieta personalizada y controlada exhaustivamente, junto a talleres educativos de hábitos nutricionales. En este caso la muestra estuvo formada por 34 participantes, 27 mujeres y 7 hombres.

La frecuencia semanal fue de dos sesiones supervisadas para la actividad física y una para la realización de talleres, ya que se comprobó, a partir de las entrevistas realizadas en el primer estudio, que las sesiones no presenciales no tenían una continuidad deseada".

Tras la realización del primer estudio, Monleón señala que "los resultados obtenidos muestran una mejora no solo de aspectos físicos y de composición corporal sino también de ciertos parámetros de calidad de vida, de autoestima y de densitometría ósea".

Por otro lado, "los resultados del segundo estudio indican una mejora de aspectos físicos y especialmente antropométricos, no hallándose diferencias significativas en la calidad de vida, autoestima y densitometría ósea", añade la investigadora.

En cuanto a las conclusiones, Monleón afirma que "la práctica de actividades rítmicas y coreográficas junto a una dieta controlada, bien sea por el centro de salud o controlada más exhaustivamente junto a talleres nutricionales en personas con obesidad, pueden actuar como un método preventivo de la movilidad y de la pérdida de masa ósea, así como un método óptimo para la pérdida de masa grasa y aumento de la calidad de vida y la autoestima".

"Sin embargo, en el primer estudio se obtuvo mayores beneficios a nivel psicológico, debido a que los participantes partían de niveles más bajos, y en el segundo estudio se obtuvieron mayores mejoras a nivel antropométrico, seguramente debido a la implementación de talleres y un control más exhaustivo", concluye Monleón.

Esta tesis se encuentra dentro del grupo de investigación de actividad física, rendimiento y calidad de vida de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y Deportes.

El tribunal ante el que Monleón García ha defendido su tesis ha estado compuesto, en primer lugar, por el Dr. Rafael Guisado Barrilao, de la Universidad de Granada, que ha actuado como Presidente; y la Dra. María Dolores González, de la Universidad Alcalá de Henares, que ha detentado el cargo de secretaria del tribunal. Ha sido vocal del mismo la Dra. Filomena Araujo da Costa, de la Universidad de Lisboa.

Rubén Figueirido / comunicacion@ucv.es