El Dr. Juan Miguel Díaz Rodelas, profesor de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia, ha aseverado que "el maestro que quiere serlo sirviendo a la verdad vive humildemente la grandeza de su misión, siendo consciente de la gran responsabilidad que ello comporta; se siente instrumento del único Maestro, el Dios de toda sabiduría, a quien suplica cada día el gran don de la nueva alianza, su Santo Espíritu, capaz de conducir y enseñarlo todo a todos, discípulos y maestros".
El profesor de Sagradas Escrituras ha recogido en su conferencia aspectos inherentes a la misión del magisterio, a partir del Antiguo Testamento, y, en particular, de los libros y textos sapienciales. En ellos, "el maestro aconseja, no obliga; instruye, no impone. Propone la sabiduría tradicional y anima a acogerla, al mismo tiempo que busca nuevas respuestas a las nuevas preguntas. Reconoce sus propios límites, se sabe trascendido por la sabiduría que ha recibido como don y, sobre todo, por el Dios que es fuente de esa sabiduría".
Asimismo, "se mantiene abierto al agua que mana siempre de esa fuente, que lo es, al propio tiempo, solo ella, de la certeza acerca del valor real de la instrucción que ofrece, de la sabiduría que transmite. El sabio de Israel reconoce en Dios el límite de su saber, porque Él es la única fuente del mismo. Saber aceptar su condición de criatura; reconocer y respetar al Creador. Temer a Dios. Ahí está la fuente de toda su sabiduría; de toda sabiduría", ha añadido el Dr. Díaz Rodelas.
El profesor de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer ha hecho un recorrido histórico sobre la institución del maestro en Israel, los usos del término hebreo que equivaldría a su denominación actual, así como se ha referido a personas de la Escritura que acometen esta acción magisterial como Moisés, los profetas, los sabios y los padres; todos ellos "enseñan, instruyen al pueblo, pero lo hacen en nombre de Dios, en representación suya", ha apuntado.
En este sentido, el ponente ha asegurado que "del contenido de la enseñanza y de la referencia a Dios que lo funda nace la grandeza de la misión de los maestros humanos: dan a conocer la palabra de Dios, instruyen sobre ella, la enseñanza en relación con las circunstancias cambiantes de cada aquí y cada ahora: su palabra es Palabra de Dios".
DR. ENRIQUE BONETE: "LA CULTURA MORAL CRISTIANA TENDRÁ QUE SEGUIR SIENDO PARTE SUSTANCIAL DEL QUEHACER DOCENTE, INVESTIGADOR Y FORMATIVO, PROPIOS DEL ÁMBITO UNIVERSITARIO"
Por su parte, el Dr. Enrique Bonete, catedrático de Filosofía Moral de la Universidad de Salamanca, ha subrayado que "la cultura moral cristiana tendrá que seguir siendo en el futuro inmediato parte sustancial del quehacer docente, investigador y formativo, propios del ámbito universitario" en una ponencia en la que ha profundizado en las raíces y misión fundamental de la universidad.
Así, el ponente, que es doctor en Filosofía y profesor de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Salamanca, ha subrayado que el núcleo de la vida universitaria radica en "buscar la verdad, en libertad, para la dignidad", por lo que se ha detenido en estos tres rasgos, que, según ha argumentado en su intervención, "mantienen relación con atributos específicos del cristianismo".
De hecho, tal y como ha considerado el filósofo, "el cristianismo dio el origen histórico de la Universidad, y destaca todavía en el presente cultural gracias a prestigiosos centros superiores católicos, protestantes y anglicanos repartidos por los cinco continentes".
Así, "una de las funciones básicas de toda universidad, hoy y siempre, es indagar lo verdadero, buscarlo metódicamente y transmitirlo a jóvenes inquietos y ansiosos por saber.Y aquí radica, sin duda, su presupuesto epistemológico, sea católica o pública: es posible conocer la verdad y transmitirla a las nuevas generaciones", ha subrayado el profesor de la Universidad de Salamanca.
"¿Qué mayor coincidencia entre ser cristiano y ser universitario? Ambos modos de anclarse en el mundo buscan lo verdadero y se proponen -impulsados por su esplendor- comunicarlo a quien anhela vivir sin engaños, enraizado en lo más elevado a que puede aspirar la inteligencia humana: la verdad que otorga sentido al ser de las cosas y al vivir del hombre", ha expresado el Dr. Bonete.
Del mismo modo, este afán por conocer "lo verdadero" y por transmitirlo a las nuevas generaciones supone la libertad de investigación, de transmisión y comunicación de las ideas.Así pues, "la libertas viene a ser el marco ético en el que los universitarios, especialmente los profesores, pero también los alumnos, han de desarrollar su actividad, y transmitirla a los discípulos para que éstos se impregnen del alto valor que supone acceder a un saber gestado y desarrollado con esmero".
Finalmente, el Dr. Bonete ha sostenido que las universidades de hoy "han de llegar a ser centros de conocimiento fieles a la defensa de la dignidad de la persona". De este modo, "una de las misiones principales del profesorado auténticamente universitario será la de procurar transmitir a través de las más diversas disciplinas este principio ético fundamental que los estudiantes habrán de respetar cuando desarrollen su ejercicio profesional o actividad social".
JOAQUÍN MESTRE: "EL MAESTRO PARTICIPA DE LA CAPACIDAD CREADORA Y RESTAURADORA DE LA ACTIVIDAD MAGISTERIAL DE CRISTO"
En esta primera sesión del VIII Congreso Internacional de Educación Católica ha intervenido también Joaquín Mestre, profesor de la Facultad de Teología de Valencia, quien ha impartido una conferencia sobre el maestro en el Nuevo Testamento.
El ponente se ha referido a este título como a "uno de los más característicos y fundamentales de los que recibe Jesús en el Nuevo Testamento" y ha subrayado que "a la luz de la teología veterotestamentaria de la Torah, de las aportaciones de la teología judía, la enseñanza se descubre en su cualidad de creadora y liberadora".
"Jesús, Hijo de Dios, en su identidad y actividad magisterial, ha sido reconocido e identificado mediante diversos títulos que subrayan distintas dimensiones de la persona y misión del maestro: rabbí, rabbouní, didáskalos, epistátes, kazegetés. A partir de esta terminología puede presentarse la persona y actividad del maestro como quien guía, hace aprender y acrecienta", ha expresado Mestre.
Asimismo, Jesucristo "ha sido reconocido por la gente como un maestro diferente a todos los demás porque él presenta una enseñanza nueva y con autoridad, y en eso no era como los otros. En Cristo enseñante y enseñanza son una persona humana". De esta unicidad "se deriva la autoridad por la que él puede, como hizo Dios al crear el mundo, devolver a la persona y al mundo al estado de armonía que Dios pretendió desde el inicio", ha afirmado el profesor de la Facultad de Teología de Valencia.
En este sentido, Mestre ha hecho hincapié en su ponencia en el contenido último de la enseñanza de Cristo, "que ha sido resumido por él mismo: el Shemá, el camino del amor a Dios y al prójimo como escena de toda sabiduría plenificante".
"El maestro participa de la capacidad creadora y restauradora de la actividad magisterial de Cristo" y "su tarea es un servicio a la humanidad por el que sigue adelante la tarea divina de revelar la Verdad al hombre, ocupación que no es sino un anticipo del definitivo encuentro entre el hombre y el Maestro Sabio que tendrá lugar en el mundo que vendrá", ha subrayado.
ALEJANDRO SOLÓRZANO, SCH. P: "LA ESCUELA CALASANCIA ES LIBERADORA PORQUE EXPLOTA EL TALENTO DEL NIÑO Y, AL MISMO TIEMPO, PREVIENE Y CURA DEL MAL"
Finalmente, ha participado Alejandro Solórzano, director del Instituto Calasancio de Ciencias de la Educación-Nazaret de Colombia, quien ha defendido que con san José de Calasanz "irrumpe la plenitud del niño como persona en la historia de la Educación". Este santo pedagogo, en el corazón del Renacimiento, "descubre que los niños pequeños, más aún los pobres, son personas susceptibles de que un sacerdote los pueda educar".
Solórzano, sacerdote escolapio, ha impartido una conferencia en la que ha defendido la plena actualidad y validez de las aportaciones pedagógicas de san José de Calasanz (1557-1648), sacerdote y pedagogo español, fundador de la primera escuela cristiana popular de Europa,
Este santo "potenció la realidad personal de los niños, e hizo de la escuela un centro humanista, pastoral y científico, una articulación que hoy en día nos puede parecer evidente, pero que en absoluto lo entonces".
Asimismo, Calasanz "descubrió que los niños pobres tiene talentos y capacidades que ninguna estructura social puede detener y que hay que educar según la aptitud de los niños, desplegando al máximo su potencia; por eso la escuela calasancia es liberadora, porque explota el talento del niño y al mismo tiempo previene y cura del mal", ha reconocido Solórzano.
Por todo ello, "realmente la experiencia calasancia puede iluminar lo que nosotros como maestros queremos hacer, en primer lugar, porque Calasanz pasó cincuenta años en la escuela ejerciendo de maestro y, además, dio origen a una tradición educativa que no se ha terminado hoy sino que ha tenido casi cinco siglos de continuidad y que recoge los elementos esenciales de lo que es ser maestro", ha expresado.
En definitiva, el pedagogo ha hecho hincapié en que san José de Calasanz "nos aporta una manera muy clara de entender el papel social del educador, la manera de ser maestros por vocación, una antropología de la educación que es muy importante, esto es, de entender el ser del maestro y el ser del niño, así como claves estupendas para integrar la fe y la cultura".
Tras la conferencia de Solórzano se ha dado paso a las comunicaciones, que se han impartido en distintas aulas del centro Arrupe.
Carola Minguet / comunicacion@ucv.es