Marta del Olmo Hoyos ha sido nombrada nueva Gerente de la Universidad Católica de Valencia "San Vicente Mártir" por el Cardenal Antonio Cañizares, Arzobispo de Valencia y Gran Canciller de esta Universidad, según se comunicó en el transcurso del Patronato del pasado 5 de noviembre.
Del Olmo, casada y con 3 hijas de 14, 11 y 7 años, es Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales, que obtuvo en la Universitat de València con calificación de Premio Extraordinario en la promoción de 1991, y Máster en Economía y Finanzas, y venía ocupando el puesto de gerente en funciones desde el pasado mes de febrero. En 2013, se había incorporado a la Dirección Financiera de la Universidad Católica de Valencia.
La nueve Gerente de la UCV trabajó desde 1999 en diferentes puestos directivos de la Ciudad de las Artes y las Ciencias hasta llegar a ser Directora Financiera y de Administración de este complejo. Además, entre 1994 y 1996, ha sido economista del Departamento de Estudios Económicos y Monetarios del Banco Santander en Madrid y, de 1997 a 1999, economista del Departamento de Productos Financieros de Bancaja en Valencia, donde obtuvo el premio a la innovación en productos financieros los dos años en que este se convocó.
Para conocer más sobre su trabajo y sobre cómo ve la Universidad Católica de Valencia hemos hablado con Marta del Olmo.
-En primer lugar, querríamos conocer cuáles son las funciones y competencias que tiene el puesto de Gerente de la UCV.
La función básica del Gerente es gestionar y facilitar los recursos humanos y materiales que sirven de apoyo a la parte Académica de la Universidad, optimizando al máximo los medios disponibles y los procesos necesarios para que la toma de decisiones en la Universidad sea racional, eficiente y fiel a su razón de ser. Debe haber una estrecha colaboración y comunicación entre la parte académica y gerencial para llevar a cabo la misión de la Universidad del modo más eficaz y eficiente posible.
-¿Cómo afronta este reto, tanto a nivel profesional como personal?
Con mucha ilusión, entusiasmo y agradecimiento, a la vez que me impone un gran respeto. Se presenta ante mí una misión enorme y de gran responsabilidad, que va más allá de la mera dirección económica de una institución. Poder servir desde la Gerencia a la Universidad Católica de Valencia supone para mí un reto integral como persona y como profesional, que hace que me exija mucho más a mí misma cada día. He de responder con mi ejemplo y mi trabajo ante el gran equipo humano que forma la UCV, ante lo que esta Universidad representa en la sociedad, con el reto de mejorar y de aspirar a una mayor excelencia día a día.
-¿Qué supone para la Gerencia de la UCV que esta sea una Fundación de la Iglesia Católica, cuyo Gran Canciller y máxima autoridad es el Arzobispo de Valencia?
Ante todo supone una responsabilidad adicional, puesto que la Gerencia no sólo responde ante la Comunidad Universitaria sino ante la Diócesis y ante su máximo responsable, el Sr. Cardenal Arzobispo de Valencia. Ante esto, cualquier Gerente de la UCV debe estar inmensamente agradecido porque sobre él se ha depositado una enorme confianza.
En mi caso concreto, poder servir a la Iglesia, a la Diócesis de Valencia y que el Sr. Cardenal Arzobispo haya pensado en mí para poder colaborar en esta ingente tarea, es una enorme responsabilidad y a la vez me llena de alegría porque para un católico, poder servir a la Iglesia desde el puesto que se le haya encomendado es un tesoro. Sé que tengo una gran responsabilidad, que debo estar a la altura de la encomienda que se me ha hecho y que para ello cuento con la ayuda del Señor, de su Sta. Madre y de todos los miembros de la Comunidad Universitaria. Sin ellos no sería posible este proyecto que es ya una realidad y que debe aspirar a ser puntera en todas sus acciones. A ellos me debo y por ellos he de trabajar todos los días.
-¿Qué prioridades tiene encomendadas?
Mis prioridades son servir a toda la Comunidad Universitaria desde el trabajo bien hecho y desde la responsabilidad, la disciplina, la transparencia y la honestidad, dentro de las atribuciones propias de mi cargo. Debo colaborar a que la Universidad Católica de Valencia sea un referente en el ámbito de la educación, de la investigación, de los valores cristianos y de la integración en la sociedad de los más desfavorecidos, en línea con nuestros valores identitarios. Debo ser facilitadora y nunca un lastre que impida llegar a la Universidad a las metas más elevadas.
-A nadie se le escapa que en lo económico a nivel global vivimos en una crisis que ya dura demasiado, desgraciadamente. ¿Cómo se afronta desde una institución que tiene como misión la educación y los estudios superiores?
La educación es un derecho irrenunciable de la persona, y por tanto, desde la Universidad tenemos el deber de facilitar el acceso a la misma a todos aquellos estudiantes que deseen formarse en nuestras aulas. Es cierto que la crisis ha azotado –y sigue azotando- duramente a las familias cuyos hijos nos han elegido como opción de formación académica, cristiana y en valores. Por ello, la Universidad está haciendo un esfuerzo por tratar de que aquellas personas con dificultades económicas puedan continuar o iniciar sus estudios con nosotros. Así, estamos comprometidos en una labor de seguimiento y atención a los estudiantes con dificultades para afrontar los pagos de enseñanza con el fin de que este problema no suponga para ellos una preocupación adicional. Además, la Universidad destina una gran cantidad de recursos a becas y ayudas al estudio, que se ofrecen especialmente a aquellos alumnos con dificultades económicas. En este sentido, La Universidad ha tenido siempre una especial sensibilidad en el aspecto de contribuir al desarrollo de la sociedad a través de la educación facilitando el acceso a la misma a través de becas y ayudas al estudio. Anualmente, la UCV aporta una cantidad ingente de recursos económicos con este fin, que se plasma en sus presupuestos y cuentas anuales.
-Estamos en una Universidad joven, pero ya con una considerable cantidad de estudiantes, así como numerosos campus que, a su vez, están muy dispersos en la geografía valenciana. ¿Cómo se gestiona una realidad de este tipo?
Es una realidad compleja de gestionar porque aparte del importante número de alumnos con que contamos, el modelo de Universidad que tenemos actualmente es un modelo atomizado, con múltiples sedes en Valencia y en diferentes localidades de su provincia. Este hecho hace que tanto el equipo humano como los recursos económicos y materiales necesarios para lograr un buen funcionamiento sean cuantiosos. Hemos de pensar que este modelo atomizado estará justificado siempre que aporte valor en términos de rentabilidad económico-social. Entonces podremos afirmar que los recursos están bien empleados. Para no perder eficiencia en este aspecto se ha de mantener una vigilancia muy estrecha a través de un adecuado control de gastos e ingresos en función de la oferta académica y de los alumnos matriculados que nos permita afirmar que nuestro modelo es el adecuado.
-¿Cómo ve desde su posición a la UCV? ¿Sus profesores investigadores, el personal de administración y servicios, los estudiantes y sus familias?
La UCV es una realidad apasionante, tanto por su significado como Fundación católica, como por sus fines, su orientación, su actividad y, especialmente por el acervo de conocimiento y experiencia que aglutinan todos los miembros de la Comunidad Universitaria. Desde mi punto de vista, tanto los profesores, como los investigadores, el personal de administración y servicios, los estudiantes y sus familias suponen una riqueza de la que pocas instituciones pueden hacer gala. Por esa razón requieren todo el empeño y cuidado que sea capaz de prestarles, y por eso, mi trabajo tiene una trascendencia mucho mayor y supone una responsabilidad enorme. Me debo a ellos y ellos deben ver en mí una figura que, más allá de dirigir el ámbito de responsabilidad que se me ha encomendado, está a su servicio, que haga ver que por ellos y para ellos existe la Universidad y que sin su ayuda, sin su trabajo y sin su esfuerzo nada de esto tendría sentido. Ellos son el alma y la razón de ser de la Universidad
-Finalmente, seguro que quiere destacar alguna cuestión que no hayamos visto.
Quiero recalcar mi voluntad de servir y de apoyar a toda la Comunidad Universitaria, sin protagonismos estériles, porque el protagonismo debe recaer en la propia Universidad. Para mí, el mejor Gerente es aquél que pasa desapercibido y del que ni siquiera hace falta acordarse porque tanto los recursos como los procesos y decisiones clave se proveen en tiempo y forma colaborando a que la Universidad funcione adecuadamente.
También quiero destacar mi agradecimiento a todas las personas que han trabajado y siguen trabajando conmigo más estrechamente, a cualquier nivel de responsabilidad. A todos ellos considero mis colaboradores. Sin ellos, sin su apoyo y sin su trabajo diario, el mío no tendría ni valor ni sentido. De ellos he aprendido mucho, sigo aprendiendo y quiero seguir haciéndolo con el espíritu de que entre todos somos y formamos Universidad, una Universidad cada día mejor, con miras más altas y más entregada a sus fines últimos
-Muchas gracias.