Josep Andreu Bosch Valero, profesor de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir”, ha defendido en esta Universidad una tesis doctoral en la que ha realizado un estudio historiográfico del deporte en la ciudad de Valencia y su provincia durante el periodo de la Guerra Civil (1936-1939).
El autor del trabajo, escrito íntegramente en valenciano y documentado a través de los archivos de los diferentes clubes, federaciones y la prensa de la época, ha certificado que el deporte valenciano “sobrevivió con dignidad” durante los tres años de la guerra, “lo que demuestra su popularidad y fortaleza en esa época, contrario a lo que pudiera creerse”.
De esta forma, Josep Bosch ha encontrado hasta cerca de 2.700 referencias entre partidos de fútbol, partidas de pilota valenciana y vasca, carreras de ‘gossos llebrers’ (galgos), combates de boxeo, pruebas ciclistas, festivales de atletismo, natación, partidos de hoquei, rugbi o baloncesto e, incluso, una referencia de un partido de fútbol americano, “posiblemente, el primero disputado en Valencia, y en plena Guerra Civil”.
El profesor ha señalado que, seguramente, esta cifra habría que ampliarla, ya que en la tesis están solo reflejados los acontecimientos deportivos con alguna referencia documental. “Sin duda, hubo muchos otros que se realizarían sin ningún tipo de crónica o documentación, pero que sí se disputarían”, ha añadido.
Según ha apuntado este profesor, se trata de unas actividades deportivas, que junto al cine, el teatro o las corridas de toros, “hicieron un poco más soportable la vida cotidiana de los valencianos, que debían vivir con penalidades tales como los bombardeos, el hambre y la muerte”.
Asimismo, en determinadas ocasiones, el deporte tuvo la función de “sedante” de la población en la retaguardia.
SOLO 33 DÍAS SIN ‘PILOTA’ DURANTE LA GUERRA
Josep Andreu Bosch ha contabilizado que el deporte más popular y seguido durante la Guerra Civil fue la pelota. De los 985 días que duró la contienda “solo en 33 de ellos no hay constancia en prensa de que se jugara alguna partida en el Trinquet de Pelayo, Frontón Valencia o Jai Alai”.
Esto suponen 1.504 veladas programadas, que se mantuvieron constantes durante este tiempo. Incluso este investigador llega a sorprenderse de que “para el mismo día que entraron en el ‘cap i casal’ las tropas franquistas del General Aranda había partidas programadas en el Frontón Valenciano y en el Trinquet de Pelayo”.
Las explicaciones son varias, según este profesor de la Universidad Católica de Valencia y podrían deberse al “enraizamiento del juego en nuestra sociedad”. Pero, también al propio espacio físico en el que se juega, ‘trinquets’ o calles, dentro del entramado urbano, que al contrario que en un campo de fútbol o una plaza de toros no quedaban tan expuestos a un bombardeo aéreo.
No obstante, Josep Andreu Bosch también ha constatado el “componente económico” del deporte de la pelota valenciana que tradicionalmente va acompañado de “travesses” y apuestas.
La segunda de las modalidades deportivas con más tirón eran las carreras de galgos con 711 veladas programadas en instalaciones del campo de Vallejo y en el canódromo Valencia, “inaugurado una vez estallada la guerra”.
Precisamente, una partida de pelota y las carreras en el canódromo fueron también las dos primeras actividades deportivas que tuvieron lugar una vez finalizada la contienda, “un día después de la entrada del ejército de Franco” en la ciudad.
Así, el fútbol queda como tercera actividad más seguida “de una cierta envergadura” -ha matizado Bosch- desde julio de 1936 a marzo de 1938, dado que a partir de esta fecha “el fútbol casi desaparece de nuestro panorama deportivo”.
DEPORTE MARCADO POR LA SITUACIÓN POLÍTICA Y MILITAR
Inevitablemente, el deporte también quedó influido por la Guerra Civil que marcaba el día a día de la sociedad y “no fue indiferente a esta realidad”.
Así, entre las primeras consecuencias, Bosch ha relatado el “cambio en la forma de dirigir” los clubes, las instalaciones deportivas y los órganos rectores como las federaciones o los colegios de árbitros, que “pasaron a ser lo que se podría denominar como colectividades controladas más o menos directamente por los sindicatos y por los propios trabajadores, bajo la denominación de ‘comités’, claramente influidos por el Frente Popular”.
Las juntas directivas se sustituyeron por comités que solían estar integrados por “elementos próximos al régimen republicano, como el caso del presidente de la comisión gestora del Valencia FC, Josep Rodríguez Tortajada, que compatibilizaba su cargo en el Ayuntamiento de Valencia como teniente alcalde y concejal del Partit Valencianista d’Esquerres”.
El Valencia FC “también pasó a ser dirigido por una comisión formada por trabajadores de la entidad, jugadores y socios”, ha subrayado el profesor. Aunque, entre los miembros del “comité requisador” se aprecia la presencia de “insignes valencianistas” como el secretario técnico Luis Colina, Eduardo Cubells, “el primer gran ídolo de la entidad” o el jugador y entrenador Carlos Iturraspe, entre otros.
Según Bosch, estos comités “no se pueden asociar con la idea de un comité revolucionario”. Los miembros de las juntas directivas del Levante FC, el Gimnástico FC o el Valencia FC bajo la denominación de comités “no eran personas ajenas a las propias estructuras del club. Podemos afirmar sin duda que fueron los mismos ‘funcionarios’ de los clubes y destacados miembros de la sociedad civil valencia los que tomaron la iniciativa de hacerse con el control de sus respectivas entidades antes que otras organizaciones políticas o sindicatos lo hicieran y se perdiera todo tipo de poder como pasó en otras federaciones o clubes”.
Bosch también ha puesto como ejemplo el cas de la junta directiva del Agirós Tennis Club que fue sustituida por otra formada íntegramente por miembros de la Juventud de Izquierda Republicana, partido representativo de la burguesía progresista al que pertenecía el Presidente de la República, Manuel Azaña.
De igual forma, hubo también cambios lingüísticos como carteles que anunciaban “precios proletarios” o los árbitros que “pasaron de ser colegiados a denominarse ‘camaradas’”.
Josep Bosch también ha estudiado en su tesis doctoral el deporte femenino y ha asegurado que, en Valencia, “el primer gran intento de abrir la práctica deportiva a las mujeres de las zonas urbanas, principalmente, se produjo durante la Guerra Civil. Un “esfuerzo” para la normalización de la vida deportiva femenina que quedó “destrozada con la victoria franquista y la imposición de un modelo de sociedad fundamentado, entre otros aspectos, en el papel tradicional de la mujer, alejado del mundo del deporte y su práctica”.
La tesis doctoral de Josep Andreu Bosch, titulada “L’esport valencià durant la Guerra Civil (1936-1939). Un estudi historiogràfic”, ha sido dirigida por la Dr. Amparo Bargues, Decana de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad Católica de Valencia, y ha sido defendida ante un tribunal compuesto por los doctores Juan Antonio Mestre, de la Universidad Católica de Valencia, que actuó como presidente; Pablo Vidal, también de la Universidad Católica de Valencia, como Secretario del Tribunal; y los vocales Carles Santacana, de la Universitat de Barcelona; Eduardo Álvarez de la Universidad de León, y Xavier Pujadas, de la Universitat Ramon Llull.
Antoni Martínez / comunicacion@ucv.es