El profesor Rolando Omar Benenzon, máxima autoridad en el campo de la musicoterapia y de su aplicación en autismo, pacientes en coma, alzheimer o dolor crónico participará el próximo viernes, 18 de mayo en el Máster Universitario en Musicoterapia de la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir”.
Igualmente, durante esta semana imparte en el aula de psicomotricidad del Campus de Valencia-San Juan Bautista de esta Universidad un Seminario, en colaboración con el Centro Benenzon España y la Fundación Benenzon de Musicoterapia, varias sesiones del segundo nivel del modelo que lleva su nombre.
Benenzon ha afirmado que “la musicoterapia lo que puede hacer es mejorar la calidad de vida de las personas”. “Cuanto más te puedes comunicar, mejor es la calidad de vida”, ha añadido.
Según este experto, la musicoterapia es una psicoterapia, terapia relacional no verbal, “que tiene que ver con el hombre y no necesariamente con el paciente”. El modelo Benenzon “abre un nuevo horizonte” en la musicoterapia, que “hasta ahora estaba retenida como una técnica terapéutica destinada a personas enfermas”.
Benenzon va más allá y considera que “los objetivos de la musicopsicoterapia tiene que ver con la prevención primaria y el mejoramiento de la calidad de vida del ser humano”.
No se trata de escuchar sinfonías o deleitarse con la música, ha señalado, “la musicoterapia no es solo sonido: es movimiento, color, olor, temperatura… es todo aquello que, de alguna manera, forma parte del ser humano”. Este médico psiquiatra, músico y escultor, ha subrayado que el campo de la comunicación no verbal es un campo muy abierto”.
A través de la comunicación no verbal “podemos resolver una gran cantidad de conflictos actuales de la sociedad, como los problemas familiares, de adolescentes o adicciones, entre otros”. Benenzon ha expresado que se actúa en aquellos conflictos “donde hay posibilidad de utilizar una terapia no verbal, donde ya la palabra hablada no tiene importancia”, dado que “en la comunicación no verbal uno se manifiesta tal cual siente”.
El profesor ha manifestado que uno de los campos en los que se trabaja es con niños autistas, “pacientes muy regresivos, y que no tienen la palabra como elemento comunicativo”. “El niño autista también se comunica en un sistema no verbal, se expresa con su cuerpo y con su forma de moverse, su conducta o su modo de mirar da impresiones de su estado de ánimo y emociones”, ha matizado.
ABRIR CANALES DE COMUNICACIÓN
En estos casos el musicoterapeuta “abre canales de comunicación”, que mejoran la calidad de vida. Lo mismo ocurre con personas con alzheimer. Según Benenzon, “en esta enfermedad, cuando está en su etapa más involutiva, cuando ya ningún terapeuta hace nada, el que sigue actuando es el musicoterapeuta porque puede comunicarse a través de canales que únicamente con la musicoterapia se consigue”.
En el alzheimer se mantiene la memoria arcaica y la memoria no verbal, ha avanzado este profesor, y entonces, “a partir de ahí, el terapeuta se puede comunicar con algún dialecto que conozca el paciente o alguna canción infantil que todavía queda”, ha detallado.
“Usamos mediadores que favorecen el canal de comunicación”, ha aportado el psiquiatra. “El primer mediador es nuestro cuerpo, la voz, el movimiento o las energías internas”, ha enumerado. A continuación, se usan otros instrumentos más simples y primitivos “como el agua y otros cogidos de la naturaleza, que favorecen cualquier tipo de canal de comunicación hacia el otro”, ha matizado.
Preguntado sobre cómo se actúa ante las personas con dolor crónico, el profesor Benenzon ha señalado que “la musicoterapia no suprime el dolor, lo que hace muy bien es que logra permitir la habilitación de lo que inhabilita el dolor”. Esto es, puesto que mejora la calidad de vida, ha clarificado, “se aprende a soportar mejor la situación de dolor crónico”. De este modo, ha asegurado que personas con diversas dificultades “a causa del dolor, vuelven a retomar actividades que ya no podía hacer. Vuelven a habilitarse de aquello que el dolor les inhabilitó”, ha añadido.
MODELO BENENZON
Rolando Omar Benenzon, nacido en Buenos Aires, es médico psiquiatra, especialista en psicoanálisis y en técnicas psicodramáticas; además, es músico y compositor. En 1999 recibió el premio “Excellence” como pionero de la musicoterapia en el mundo y el Modelo Benenzon se encuentra entre los cinco más importantes del mundo.
Este profesor define la musicopsicoterapia como "una psicoterapia no verbal que utiliza las expresiones corpóreo sonoro no verbales para desarrollar un vínculo relacional entre el musicopsicoterapeuta y otras personas necesitadas de ayuda para mejorar la calidad de la vida y rehabilitarlas y recuperarlas para la sociedad; como así también producir cambios socioculturales y educativos y actuar en la prevención primaria de la salud comunitaria".
El profesor Benenzon empezó a diseñar este modelo en el año 1969, y lo fue estructurando, organizando y dándole consistencia teórica a través de 35 años de aplicaciones clínicas, formación y supervisión de musicoterapeutas en diversos países de América y Europa. El substrato teórico se basa en las ideas de autores como Freud, Jung, Watzlawick, Konrad Lorenz, Fiorini, Winnicott, entre otros, de estudios profundos sobre la música y el objeto sonoro de P.Schaeffer, C. Sachs, M. Shaffer, entre otros, y de fundamentos de la educación musical de Willems, Dalcroze, Kodaly, Orff o Martenot.
Antoni Martínez / comunicacion@ucv.es