Michela Profita, Doctora en la Pontificia Universidad Lateranense y abogada del Tribunal Apostólico de la Rota Romana desde el año 2004, ha señalado que ”el análisis del fenómeno depresivo afecta simultáneamente los diversos niveles del psiquismo humano y no las facultades individualmente y, por tanto, la depresión se encuadra de modo transversal en el canon 1095”.
Esta experta ha tratado sobre la depresión como causa psíquica relevante en el consentimiento matrimonial según el canon 1095 del Código de Derecho Romano, con un doble planteamiento: uno estrictamente empírico, y otro, científico y con referencia al ámbito médico-legal y jurídico.
La ponencia seha presentado en el marco de la jornada de estudio que ha celebrado el Instituto Deiocesano de Estudios Canónicos (IDEC) en el Aula Maior de la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir”. Además, en el transcurso del acto se ha hecho entrega de los diplomas a los recién titulados en Derecho Canónico.
El acto ha sido presidido por Vicente Fontestad, Vicario General de Valencia, en el que también han participado Ignacio Pérez de Heredia y Valle, primer Director del IDEC y anterior Decano de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Lateranense; Juan Damián Gandia y Jaime González, Director y Secretario del IDEC, respectivamente.
En su intervención, Profita ha distinguido “entre anomalía psíquica como hecho y como incapacidad consensual, efecto jurídico de la primera, que se mide sobre la base de criterios exclusivamente jurídicos, distinción que delimita los correspondientes ámbitos de competencia del juez y del perito”.
En este sentido, “solo librándose del prejuicio de una interpretación del canon 1095 que se limita a relacionar cada número del canon con funciones psíquicas determinadas, se logra comprender la depresión, que configura estas funciones en el conjunto de su complejidad”.
Asimismo, la abogada rotal ha observado que “para comprender la depresión es necesario situarse ante ella con una actitud cuantitativa que subraya el criterio de lo continuo sobre las fragmentaciones”. Profita también ha detallado que en los estudios psiquiátricos “la depresión, según la calificación del profesor Callieri, es una patología de la soledad y del vacío interior, patología de la intersubjetividad y como eclipse del amor”.
Tras la conferencia, el Vicario General de Valencia ha hecho entrega de los títulos a los cuatro licenciados en Derecho Canónico: Gustavo Acevedo, Antonio José Verdú Navarro, Antonio Fernández García y Antonio Abellán.
Para finalizar, Contestad ha felicitado en nombre del Arzobispo de Valencia, al Instituto de Derecho Canónico de Valencia, por la organización de esta Jornada y por la “elección de un tema tan importante para la ciencia canónica y para la administración de justicia en los tribunales eclesiásticos, en las causas de nulidad”.
Asimismo, se ha congratulado por los títulos de los nuevos licenciados en Derecho Canónico, puesto que “son el mejor fruto de la docencia del Instituto de Derecho Canónico al que auspiciamos abundantes vocaciones intelectuales para la docencia y la investigación, para el servicio de la comunión y la misión de la Iglesia”.
En el acto también han participado los vicarios judiciales de Valencia, Orihuela-Alicante, Segorbe-Castellón y Albacete; abogados y operadores de los Tribunales civiles y eclesiásticos, estudiantes y profesores del IDEC, así como la Decana adjunta y el Vicedecano de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Valencia, entre otros.
Según ha destacado el director del IDEC, Juan Damián Gandía, con esta jornada “profundizamos en la ciencia canónica y en todo aquello que pueda aportar instrumentos a los operadores del foro, como son los juristas que trabajan en los diferentes tribunales eclesiásticos”. En este sentido, este encuentro “no sólo se dirige a sus propios alumnos, sino a todo el ámbito jurídico de la archidiócesis levantina”, ha añadido.
INSTITUTO DIOCESANO DE ESTUDIOS CANÓNICOS
El Instituto Diocesano de Estudios Canónicos fue erigido en el año 2001 por el entonces arzobispo de Valencia, el cardenal Agustín García-Gasco, y recibió la aprobación oficial por la Congregación para la Educación Católica el 27 de noviembre de 2003. Está agregado a la Pontificia Universidad Lateranense de Roma desde la misma fecha de su aprobación y unido, en su gestión, a la Universidad Católica de Valencia.
Desde su fundación, el Instituto Diocesano de Estudios Canónicos ha formado como canonistas a presbíteros y laicos, “no sólo de la diócesis valentina, sino también de las circundantes”, ha indicado. Así, desde sus aulas “han alcanzado el título de licenciados más de cuarenta personas, de las cuales seis están elaborando la tesis doctoral en otras instituciones formativas y tres han alcanzado el grado de doctor”.