La Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” y la Universitat Politècnica de València han colaborado en la edición de la obra “Eduardo Primo Yúfera, un adalid de la ciencia. Vida y producción científica”, elaborado por investigadores del grupo “Científicos y Humanistas valencianos del siglo XX”, con el patrocinio de la Fundación Araces.
En la obra han participado 6 investigadores de este grupo, entre los que se incluyen, por parte de la de la Universidad Católica de Valencia, María Ayala, Ángela Moreno, Mª Ángeles Navarro y Asunción Gandía; de la UPV, Dolores Planes; y por parte del Centro Superior de Investigaciones Científicas, Rafael Aleixandre.
El profesor e investigador Eduardo Primo Yúfera (1918-2007) está considerado en España el promotor e impulsor de la Ciencia y Tecnología de los Alimentos y de la Ecología, así como el precursor del modelo de sistema de innovación español. Fue fundador del primer Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), presidente del CSIC y desarrolló una destacable labor docente como catedrático de Bioquímica de la Escyuela Superior de Ingenieros Agrónomos de Valencia.
Para conocer más sobre Primo Yúfera, su obra y los proyectos del grupo de investigación interuniversitario “Científicos y Humanistas valencianos del siglo XX”, hemos hablado con la profesora Asunción Gandía, Directora del Instituto Familia y Desarrollo Humano de la Universidad Católica de Valencia.
Querida profesora Gandía, lo primero que nos gustaría conocer es cómo surge la idea de realizar este libro sobre la vida y obra de Primo Yúfera.
Hace tres años constituimos en la Universidad Católica de Valencia el grupo de investigación en Historia de la Ciencia. En esos momentos, Mª Ángeles González Gudino realizaba estudios sobre personalidades valencianas y me sugirió, que iniciásemos éste ámbito estudiando a los científicos valencianos. Luego, teniendo ocasión de hablar de la iniciativa con el Cardenal Agustín garcía-Gasco, nos propuso el título “Científicos y Humanistas Valencianos”. Nosotros para empezar acotamos al “siglo XX” y así iniciamos el estudio con dos autores: Primo Yúfera y Juan José Barcia Goyanes.
Barcia Goyanes, por su gran categoría humana y profesional y, además, por estar muy vinculado a la Universidad Católica. Su propia hija, Mª Ángeles Barcia Salorio, se ha implicado directamente en facilitarnos datos y documentos de su padre.
Primo Yúfera, por ser mi maestro y por tener accesibilidad directa a los materiales. Lo hablé con su hijo Jaime Primo Millo y con el director del ITQ (Avelino Corma) que nos puso en contacto con el Rector de la UPV para hacer una coedición. Avelino también, nos consiguió el aval de la Fundación Ramón Areces.
¿Quiénes han participado y qué trabajos han aportado?
Hemos colaborado seis investigadores: Por parte de la UCV: María Ayala, Ángela Moreno, Mª Ángeles Navarro y yo misma; por parte de la UPV: Dolores Planes; y por parte del CSIC, Rafael Aleixandre. En la parte biográfica colaboramos Dolores Planes, María Ayala, y yo. En el estudio sobre la contribución científica hemos colaborado prácticamente todos. Y en la parte bibliométrica: María Ayala y Rafael Aleixandre, con un capitulo denominado: Análisis de la productividad, colaboración e impacto científico en los artículos de Eduardo Primo Yúfera. También hay un capítulo muy interesante que recoge 20 semblanzas realizadas por familiares, amigos, colaboradores y discípulos suyos.
¿Cuál es la importancia de la figura de Yúfera, en qué ámbitos fue un pionero?
Sin duda, en los ámbitos de Tecnología de los alimentos y de la Ecología Química, pero si me lo permites voy a responderte con palabras de dos insignes discípulos suyos:
José Pio Beltrán nos dice: “Se adelantó a su tiempo proponiendo la integración de la tecnología de los alimentos con la agroquímica. Sin la existencia del IATA (Instituto de agroquímica y tecnología de los alimentos), que hoy continúa siendo un centro de excelencia del CSIC, sería difícil entender el panorama científico valenciano actual”.
Y Vicente Conejero señala: “La clarividencia de su planteamiento básico era y sigue siendo innegable: La humanidad depende de la alimentación. Las plantas son directa o indirectamente (a través de la nutrición de los animales) la fuente más importante de alimentos y de materias primas para la industria, incluida la farmacéutica. Todo lo que contribuyera al conocimiento de las plantas -su estructura, composición y fisiología productiva en relación con el medio (el suelo, el agua, los insectos, los patógenos y agentes estresantes…) y la intervención tecnológica del hombre- presentaba para él un gran interés científico y tecnológico. Y más, en una tierra como la nuestra tan dependiente de la agricultura. Ese fue el objetivo fundamental de su vida de trabajo en sus dos aspectos fundamentales: la creación y la transmisión de ciencia y tecnología agrícolas”.
Podemos concluir que el profesor e investigador Eduardo Primo Yúfera (1918-2007) es considerado en España como el promotor e impulsor de la Ciencia y Tecnología de los Alimentos y de la Ecología Agrícola y precursor del modelo de sistema de innovación en España.
Fue fundador del primer Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), Presidente del Consejo Superio de Investigaciones Científicas (CSIC) y desarrolló asimismo una destacable labor docente como Catedrático de Bioquímica de la Escuela Superior de Ingenieros Agrónomos de Valencia, Su trayectoria profesional ha sido ejemplo e inspiración para sus numerosos discípulos.
Eduardo Primo Yúfera supo aunar en su labor la excelencia de la investigación básica, con la importancia social de la investigación aplicada a través de la colaboración con empresas e instituciones con las que le unía el doble objetivo común de hacer progresar a la ciencia y a la sociedad.
Nos interesaría también conocer de primera mano, puesto que a usted le dirigió la tesis doctoral el propio científico valenciano, cómo era Primo Yúfera como investigador, profesor y persona dedicada por entero a la ciencia.
Aquí me voy a apoyar en las palabras de su hijo Jaime: “Todo lo que contaba era interesante, porque eran cosas que él había procurado dirigir hacia un objetivo práctico, un objetivo práctico candente, y eso a los alumnos les fascinaba…claro si te están contando un tema que no sabes para qué es… si te hablaran de las bacterias en plan enumeración telefónica, resulta tedioso… pero si te cuentan que el crecimiento de las bacterias en las conservas produce el hinchamiento de las latas, empiezas a interesarte, porque ves el aspecto práctico”.
No había solución de continuidad entre sus cualidades científicas y docentes, porque en ambas reflejaba las cualidades del maestro genuino, ya que cualquier quehacer suyo era fruto de una preparación hecha con el mayor cuidado y precisión. A él le preocupaba que los conceptos fueran introduciéndose en un orden lógico y que el conjunto tuviera intencionalidad y coherencia.
¿Y cómo era en el trato cotidiano”
Era un hombre de carácter que, con un lenguaje muy claro y directo iba con gran facilidad a la esencia de las cosas. Tenía profundas convicciones religiosas, era generoso, inteligente, culto, claro, preciso en la exposición de sus ideas, imaginativo, de humor socarrón, enérgico, con extraordinaria capacidad de trabajo y, ante todo, muy ordenado. Este orden nos ha facilitado enormemente el trabajo de este estudio.
Permítame que le refleje un recuerdo personal: Una tarde me estaba corrigiendo un capítulo de la tesis, antes de irnos de vacaciones, y me dijo que tenía entre manos un libro de pensamiento para descansar y comentó que lo necesitaba ya que “ciencia y religión son dos caminos diferentes y complementarios que convergen en la verdad”.
Además, de la parte del libro dedicado a la vida del científico, usted ha colaborado también en otro capítulo sobre determinados estudios que hizo sobre la horchata, la algarroba, la uva, el melocotón o el arroz. ¿Qué nos puede destacar?
A los dos primeros trabajos sobre la paja y la cascarilla de arroz, siguieron los estudios sobre el germen y la calidad del arroz, del equipo de Salvador Barber y su esposa Carmen Benedito, cuyos resultados alcanzaron resonancia internacional. Los zumos de naranja y de uva, los azúcares de la algarroba, la típica bebida valenciana horchata de chufa, etc. fueron también objeto de numerosas investigaciones.
Destacaría su gran interés y dedicación en el estudio científico y tecnológico en una tierra como la nuestra tan dependiente de la agricultura.
Tal como hemos descrito en la contraportada del libro: “Fue un destacado gestor de la investigación, tuvo un fino olfato para detectar las necesidades tecnológicas de la sociedad en que vivió, la resolución de buscar las soluciones para los problemas que se le planteaban, la capacidad de comunicar con agentes sociales diversos: universidad, empresas, organismos oficiales. Tuvo todas estas capacidades, cada una de ellas por sí misma suficiente para justificar la excelencia en una carrera profesional, y sin embargo, lejos de sucumbir a la autocomplacencia, las puso al servicio de aquello que, con todo, sabía hacer mejor: Ciencia con mayúsculas”.
Querida profesora, el libro nace en el marco de los trabajos que realiza el grupo de investigación Científicos y Humanistas valencianos del siglo XX. ¿Qué trabajo desarrolla el grupo y quiénes lo forman?
El grupo de investigación Científicos y Humanistas Valencianos del siglo XX está trabajando en la consolidación de la memoria histórica y la divulgación de la labor de personalidades relevantes de nuestra tierra. La historia de la ciencia se ha construido en multitud de ocasiones girando alrededor de la vida y la obra de una persona singular y este libro dedicado al reconocido químico Eduardo Primo Yúfera es el primero de una colección que pretende hacer extensiva su inestimable aportación a la sociedad valenciana y española.
Un acercamiento de este tipo permite, por un lado, dar a conocer a los próceres y, sobre todo, divulgar sus experiencias como modo de legarlas al lugar donde ejerció su profesión, realizando un estudio de su trayectoria profesional con aproximaciones cienciométricas a la obra realizada, y con la transferencia de la información a bibliotecas digitales de carácter científico y cultural, aplicando protocolos que permiten la máxima visibilidad de la información.
Actualmente, formamos parte del grupo 18 investigadores de varias universidades (UCV, UPV, UV, CSIC, UCAM, UA), más tres estudiantes predoctorales que están realizando su tesis doctoral.
Suponemos que, esta obra sobre Primo Yúfera tendrá su continuación con la de otros destacados científicos y humanistas valencianos. ¿Qué nos puede adelantar?
Este libro, en realidad, forma parte de un proyecto mucho más amplio que conduce a la renovación de los diccionarios biográficos a través de la web interoperable:” Grandes científicos y humanistas valencianos del siglo XX: “VESTIGIUM”.
Los resultados que van a obtenerse del proyecto se componen de publicación de estudios sobre diferentes personalidades con inclusión de apartados biográficos, entrevistas actuales, análisis estadísticos; portal de acceso web a los contenidos biográficos, bibliográficos y documentales siguiendo criterios de interoperabilidad a escala mundial; y repositorio digital de documentos, videos y material sonoro y audiovisual del proyecto.
Todo ello será difundido en entornos académicos y sociales gracias al propio trabajo de los investigadores y al apoyo de las instituciones que avalan el proyecto y con quienes ya se han firmado los convenios pertinentes: Dirección General de Política Científica, Dirección General del Libro, Archivo y Bibliotecas, Consell Valenciá de Cultura y empresas externas.
A veces, parece que el hombre y la mujer de ciencia están muy enfrascados con sus “experimentos” y su actividad puramente científica. Háblenos del componente “humanista”. ¿Qué es o que les hace grandes?
Sin duda que, en la selección de los personajes, valoramos su calidad profesional, pero es un factor clave la consideración de su calado humano, ya que pienso que en un momento en que la sociedad y el mundo entero están vacíos de los valores culturales y humanitarios más elementales, huérfanos de referencias y líderes, es absolutamente pertinente glosar la personalidad de hombres y mujeres que sean un verdadero referente no sólo por la calidad y la extensión de su trabajo sino por la generosidad y honestidad de su entrega al servicio de su familia, de los que trabajaban con él y de la sociedad.
Me pregunta ¿qué les hace grandes? y le respondo con algo que todos sabemos: la grandeza está en el trabajo, la humildad, y la generosidad. Todos los grandes son así.
Finalmente, anímenos a leer esta obra.
Hay valiosas razones. Si ustedes leen este libro podrán ver lo que es un maestro vocacional, un científico de raza, un hombre de profundas convicciones y... un hombre que supo valorar a cada uno de sus discípulos, sembrando en ellos su pasión por la docencia e investigación. También es cierto que con su generosidad ha dejado en el corazón de sus discípulos un total agradecimiento, tal como podrán leer en las semblanzas del final del libro.