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La Universidad Católica de Valencia estrena ‘Aqua Domine’, auto sacramental sobre San Vicente Mártir
lunes, 31 de enero de 2011 Puesta en escena por el Aula de Teatro UCV, obra del profesor David García-Ramos
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El Aula de Teatro de la Universidad Católica de Valencia "San Vicente Mártir" ha estrenado en el Aula Maior Card. García-Gasco del campus de Valencia-Santa Úrsula el auto sacramental sobre la vida y martirio de San Vicente, "Aqua Domine", obra del profesor David García-Ramos. En la obra "destacan los monólogos de San Vicente así como los diálogos del santo con su madre, con el obispo Valero o con el gobernador romano", según ha señalado el propio David García-Ramos, coordinador del aula de teatro de la Universidad. El autor de este auto sacramental ha señalado que "intentamos responder a la pregunta de si hoy en día la idea del martirio como testimonio de Jesucristo tiene algún sentido en esta sociedad actual". En la representación, el diseño del vestuario y del decorado están basados en la estética oriental "para dar fuerza a la reflexión sobre el martirio en la actualidad, evitando hacer algo demasiado histórico y resaltando la importancia de Asia en la expansión del cristianismo en la actualidad", según García-Ramos, quien ha añadido que "de esta manera descolocamos al espectador y presta más atención". El vestuario ha sido diseñado por Eduardo Piquer, también profesor de la Universidad Católica de Valencia, en el que predomina el color blanco, la luz. Así, Piquer ha apuntado que "no somos artistas por cuenta propia sino que lo somos a causa de que queremos conocer a Dios, único motivo de la belleza dramática de toda expresión poética". La primera escena de la obra impacte por su dramatismo. Un Vicente, con una gran soga al cuello, en el suelo y pidiendo agua para Valero, su Obispo, introduce a los espectadores en el propósito de este auto sacramental. Vicente no da su vida solo por su fe o sus ideas, como han hecho muchos en la humanidad. Según García-Ramos, "Vicente muere por algo más: muere por amor a su enemigo, por amor a Daciano, el gobernador romano que lo juzga y lo condena a muerte". El escándalo es precisamente ese "gesto martirial" que "contrasta brutalmente con la violencia que se desencadena en los torturadores". El autor de la obra lo ve de esta forma: "Vicente es testigo del profundo sentido de su fe, de su mismo centro: del amor de Cristo que da su vida por los enemigos". Asimismo, García-Ramos ha añadido que este auto sacramental "busca recuperar un género que tiene una larga tradición. No aparecen las alegorías de este género dramático, sino que "son los propios personajes los que se convierten en alegorías que ellos mismos realizan en su carne, su historia". La obra ha tenido como fuentes las actas de los mártires, los sermones que San Agustín le dedicó a San Vicente y un antiguo poema de prudencio. Asimismo, su autor ha querido subrayar que el texto también se "alimenta" de distintos libros de la Biblia –Isaías, Salmos o San Pablo, principalmente-; pero también "aparecen referencias a poetas importantes del siglo XX como Paul Celan".