Mons. Osoro: "La educación católica es necesaria para salvar este mundo"
miércoles, 28 de abril de 2010
El Arzobispo de Valencia y Gran Canciller de la Universidad Católica clausura el III Congreso Internacional de Educación Católica para el siglo XXI
Monseñor Carlos Osoro, Arzobispo de Valencia y Gran Canciller de la Universidad Católica de Valencia "San Vicente Mártir", ha asegurado que la educación católica "se tiene que seguir haciendo, que es necesaria para salvar este mundo". Para hacer presente en este mundo algo distinto", ha añadido.
El prelado ha clausurado el III Congreso Internacional de Educación Católica para el siglo XXI, centrado en "la infancia, profecía de la vida", que se ha celebrado del 26 y 28 de abril, en el Centre Cultural Bancaixa, y al que han asistido más de 300 profesores, maestros, profesionales del ámbito de la educación y estudiantes.
En la sesión de clausura también ha participado el Rector José Alfredo Peris; Gabriel Martínez, Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y el Deporte; y los codirectores del Congreso, José Ignacio Prats y Miguel Ángel Jiménez.
El Arzbispo ha citado como ejemplo educativo la vida de Santa Teresa de Jesús (Ávila, 1515-Alba de Tormes, 1582), quien "en este sentido nos enseña mucho, porque no tuvo reparo en abordarlo todo", incluso las cuestiones "más polémicas de su tiempo".
Monseñor Osoro, que ha versado su conferencia de clausura en el Libro de la Vida de Santa Teresa, fundadora de las Carmelitas Descalzas, rama de la orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, ha evocado sus propias palabras cuando "ella misma decía que había que ‘engolosinar las almas de un bien tan alto’".
Según el titular de la archidiócesis valentina, "nuestro Señor convierte a Teresa en buscadora de la verdad y la hace más humana y más atrevida para ‘engolosinar’ o ayudar a otros a seguir su misma dirección y conocer de verdad la misericordia de Dios".
Así, el Arzobispo ha invitado a los asistentes a leer la citada obra y a, como hizo Teresa de Ávila, "descubrir la grandeza de un Dios que, ciertamente, va dando forma y configurando la estructura personal de la vida, desde los primeros momentos de la infancia".
De esta manera, monseñor Osoro ha vinculado la experiencia de Santa Teresa de Jesús con el lema del congreso, "La infancia, profecía de la vida", y ha destacado de ella su "búsqueda siempre de la verdad" y su "humanismo".
El relato de su vida "está impregnado de vehemencia, de bondad, de sinceridad, de libertad, y por cada una de sus páginas discurre la autenticidad, paciencia y comprensión profunda de la condición humana", ha asegurado.
"Teresa desde niña había sido alcanzada por el Señor, pronto se sintió bien querida por Dios", según monseñor Osoro, que ha añadido que "desde su más tierna edad, desde que ella nos relata sus experiencias desde los seis años en adelante, tuvo una clara intuición para descubrir dónde se hallaba lo más auténtico de la vida, en fuerte contraste con los valores imperantes en la sociedad de su época".
Precisamente, la próxima edición del Congreso estará dedicada a estudiar la aportación a la educación católica de la Orden del Carmelo y la Compañía de Jesús.
Mons. Osoro ha intervenido tras la celebración de una mesa redonda que ha abordado la perspectiva de la educación social y en la que han participado Enrique Orquín, Clavario-Director Colegio Imperial Niños Huérfanos "San Vicente Ferrer"; José Rafael Sáez, Psicopedagogo del Centro de Recepción de Menores de Valencia; y Carlos Martínez, profesor e investigador de los patronatos católicos y la obra social que realizaron a principios del siglo XX.
Previamente, Rafael Belda, profesor de la Facultad de Teología "San Dámaso" de Madrid, ha pronunciado la conferencia titulada "El niño en la Sagrada Escritura".
CONCLUSIONES DEL CONGRESO
Por su parte, José Ignacio Prats, Director del Congreso de Educación Católica, ha leído durante la clausura las conclusiones que ha configurado en "22 ideas madre" y que, a continuación, reproducimos de forma íntegra.
1. Comenzó el congreso con un diagnóstico del Cardenal Cañizares que afirmó que en nuestra sociedad hay una crisis de sentido. La educación cristiana está llamada a dar una respuesta valiente ante esta crisis. A ser como "el alma en el cuerpo".
2. La razón no puede ser el punto de vista normativo supremo, sino que exige un diálogo con la fe que sólo puede hacer la educación cristiana. La desconfianza en la verdad, ciertamente, es un difundido síntoma de nuestra época a la que debemos responder. Una razón (Fides et Ratio) que no tenga ante sí una fe adulta no se siente motivada, no es suficientemente movida para dirigir la mirada hacia la novedad y radicalidad del ser.
3. La escuela debe ser una ayuda o un puente para que la familia pueda proporcionar la experiencia monástica para los jóvenes, que convierte a la familia en monasterio. En el sentido de que el niño necesita prevención, la mejor forma de didascalia, los padres deben formar "atletas celestes" (San Juan Crisóstomo).
4. Las escuelas cristianas deben estructurar espacios y tiempos de escucha de la Sagrada Escritura, de forma gradual y de celebración litúrgica que lleve al niño del signo al evento.
5. El fin de la educación cristiana es llevar al hombre a su dignidad, a revestirse de buenas obras.
6. El niño tiene facultad de ser modelado, su estilo de vida debe asentarse sobre la templanza. Benedicto XVI ha hablado de un estilo de vida "ázimo", como el estilo de vida propio del joven y del cristiano, en general. Un estilo de vida ázimo –sin nada viejo- es decir: sobrio, humilde y fecundo. Sobrio frente a un estilo hedónico, humilde frente al egocentrismo y fecundo frente a la esterilidad espiritual.
7. Es necesario que la escuela cristiana hoy presente modelos de vida, especialmente, modelos bíblicos.
8. Debe generar pensamientos nobles respecto de la vida sexual.
9. La narración como instrumento educativo. En la narración bíblica es muy importante la fidelidad al texto, esto permitirá obrar al maestro interior en cada alumno. San Agustín ya decía que aprendiendo los Salmos se quitaba las trabas de su lengua.
10. Es necesario rodear al niño de afecto, de regalos, de momentos de relajación y silencio. El niño necesita la relajación además del temor, necesita también promesas y alabanza, según la combinación típicamente cristiana en educación de rigor más ternura.
11. La familia es una pequeña iglesia en la que el padre repetirá lo que se ha oído en la iglesia. La familia será una familia orante.
12. La educación cristiana debe librar al joven de dos cosas: la blandura y la ebriedad.
13. La experiencia religiosa en un periodo sensitivo religioso como el que caracteriza la primera infancia proporciona dos cosas al niño: una nueva dignidad y gozo.
14. Los niños odian los infantilismos frente a una imagen demasiado disminuida del niño. Quieren cosas grandes, debemos presentarles altas metas. La paideia cristiana, muy original en esto, lejos de verlo como un ser disminuido, alguien que todavía no es, muy al contrario, lo ve como filósofo, que capta la esencialidad; es más, lo ve como metafísico y capaz de intersignificación de textos.
15. El niño descubre detrás de lo dado al dador o donante. Su persona se construye sobre el fondo de un tu. El niño implica todo su ser en la relación ,capta el don como forma de toda existencia, la realidad le excede y el niño capta su sobreabundancia de sentido.
16. Sin atención y memoria no hay cambio neuroplástico, crear estos hábitos en las distintas disciplinas prepara el desarrollo del juicio moral que debe explicitarse. La repetición es, a veces, muy necesaria, no hay que tener ningún complejo de repetir al niño insistentemente "esto no se hace".
17. El olvido de sí mismo que abre a la realidad es muy necesario, es el precio por el conocimiento de la realidad.
18. No abandonar nunca el acompañamiento.
19. Trazar puentes para que el niño alcance la realidad y centre su atención en dos cosas: en el descubrimiento del mundo y en el aprendizaje; es una tarea muy propia que corresponde al primer periodo de la vida, el aprendizaje en sí mismo ya le gratifica.
20. Atender a la educación de las emociones. Cultivar las mejores y reprimir las negativas, tan propio la naturaleza humana es dar rienda a ciertos impulsos como reprimir otros. Para lo cual hace falta un sistema de creencias firme que significa criterios inequívocos para que el niño reconozca si su actuación es correcta o no. El niño tiene deseo de orden.
21. Padres y maestros configuran en términos neurológicos un prefrontal suplementario, un estilo de vida saludable siempre empieza con un no.
22. La insuficiencia en el niño en el juicio moral y la falta de interioridad son factores facilitadores de la depresión.