Los alumnos de primer curso del grado en Enfermería de la Universidad Católica de Valencia (UCV) han peregrinado desde la sede de Valencia-Nuestra Señora de los Desamparados hasta la Basílica de la Virgen, que es también la titular de la casa desde que el arzobispo Marcelino Olaechea fundara la antigua Escuela de Enfermería.

La peregrinación ha tenido como objetivo que los alumnos pongan su vocación enfermera y asistencial en manos de aquella a la que los valencianos consideran “auxilio de desamparados, enfermos y necesitados” para, al mismo tiempo, ser enviados al primer contacto con la realidad del enfermo desde el ejemplo de María, con su misma actitud de servicio y entrega.

La jornada ha comenzado con la salida de los alumnos, profesores y capellán desde su sede hasta la Basílica. A su llegada, han sido recibidos por el rector de la Basílica, Jaime Sancho, para empezar la celebración de la eucaristía, en la que alumnos y profesores han participado activamente con la proclamación de las lecturas y los cantos.

Al finalizar la eucaristía se se han bendecido unas medallas de la Virgen que después se han otorgado a los alumnos para ponerla en sus batas y pijamas de enfermeros “como signo de configuración con las actitudes de María, servidora y enviada de Dios, atenta a las palabras del Señor”, exponen desde el decanato.

“Con mucha alegría regresábamos a la Facultad, para retomar la actividad lectiva, conscientes de la hermosa misión que hemos recibido, y al mismo tiempo ofrecido por amor a los enfermos y desamparados de nuestro mundo”, añaden también desde el decanato.