“En Valencia no apreciamos lo nuestro: Antonio Margil fue un hombre heroico, como un astronauta enviado a otro planeta”

II Foro Internacional sobre fray Antonio Margil de Jesús

“En Valencia no apreciamos lo nuestro: Antonio Margil fue un hombre heroico, como un astronauta enviado a otro planeta”

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“En Valencia no apreciamos lo nuestro: Antonio Margil fue un hombre heroico, como un astronauta enviado a otro planeta”

La Universidad Católica de Valencia (UCV) ha celebrado el II Foro Internacional sobre fray Antonio Margil de Jesús. Nacido en Valencia, este fraile franciscano (1657 - 1726) abandonó su tierra natal para ser misionero y evangelizador de América. Figura muy conocida en el país al que dedicó su vida, México, es prácticamente un desconocido en España y entre los propios valencianos.  

En su intervención en la jornada, el cronista oficial de Valencia, Francisco Pérez Puche, ha lamentado el desconocimiento de la figura de Margil en su tierra natal: “No conocemos lo que tenemos y adoramos las obras culturales, películas y novelas que se hacen sobre otros personajes del mismo tiempo y época. A los valencianos nos pasa mucho, tenemos un poco de desinterés por lo nuestro”. 

“Fray Antonio se despidió de su madre en 1683, cuanto tenía 26 años, y se embarcó en un viaje para no volver nunca. Era realmente como un astronauta al que se enviaba a otro planeta. Se fue a un mundo entonces desconocido, lleno de riesgos y muy esforzado, muy duro. Por poner sólo un ejemplo: tras su viaje de más de noventa días a través del Atlántico, lo primero que hizo Margil al llegar al puerto de Veracruz, en Nueva España (la actual México), fue ponerse a trabajar inmediatamente en el socorro de las gentes de aquella ciudad, que acababan de ser víctimas de un saqueo pirata”, relata. 

La conquista de América y el perdón español 

Asimismo, Pérez Puche ha subrayado que, según los cálculos realizados por los viajes que hizo, el misionero valenciano recorrió a pie “más de 10.000 kilómetros, pasando por Nicaragua, Costa Rica, Guatemala y finalmente Texas”, en aquella época perteneciente a Nueva España. Después de recorrer todo México, entró en el territorio de Texas y fundó una misión importante en la ciudad de San Antonio, “donde es recordado por la durísima labor que allí desarrolló”. 

En referencia a la conquista de América, Pérez Puche ha criticado el “esfuerzo mal reconocido” de los españoles de aquella época: “En estos momentos incluso se dice que la Iglesia y el Estado tienen que pedir perdón. Es una gran equivocación; los hechos del siglo XVII deben ser juzgados con ojos que comprendan el mundo del siglo XVII. Por eso escribí unas estampas sobre la Valencia y las gentes de aquella época; hay que entender que las personas del siglo XVII no lo pasaban mucho peor en América que en España. Hay que comprender el mundo de aquellos siglos y valorar aquellas vocaciones heroicas que llevaban a la evangelización más allá del mar”. 

Nacido en una familia humilde de Velluters 

Pérez Puche ha hecho un análisis de la Valencia que conoció Margil, nacido en la capital del Turia en el año 1657 y de la que salió en 1683 para evangelizar América; una ciudad “de fuerte impronta religiosa” en la que se construyen numerosos conventos y templos. Valencia, además, vive “una época de cambio y de aparente decadencia monárquica con crisis económicas importantes”, aunque no por ello “deja de tener mucha vida, con una gran actividad comercial y una potente vida cultural, universitaria y teatral”. 

Nacido en el barrio de Velluters “en el seno de una familia humilde”, según ha explicado Pérez Puche, fray Antonio fue bautizado en la Iglesia de los Santos Juanes, e insertado en el ambiente religioso de Valencia descubre “muy pronto” su vocación, que le lleva a ingresar en la orden franciscana; en concreto, en el Convento de la Corona de Cristo, desaparecido en 1868 durante el sexenio revolucionario y que estaba emplazado en el lugar en el que hoy ocupa el Centro Cultural de la Beneficencia. Aunque Margil se formó en La Corona, hay otros dos conventos clave en su vida, en Onda y Denia. 

César Salvo: “Cuando visitas México te sobrecoge la obra de este hombre” 

Sobre el desconocimiento de la sociedad valenciana de Margil se ha pronunciado también el cronista de Villar del Arzobispo, César Salvo, uno de los historiadores que más ha estudiado a este personaje histórico: “Fray Junípero Serra, conocidísimo en el mundo entero como evangelizador de California (aunque últimamente haya controversias en torno a él en Estados Unidos) es una figura totalmente reconocida y la Iglesia lo ha canonizado. Sin embargo, a fray Antonio Margil en España no lo conoce casi nadie, y en Valencia, su tierra natal, aún menos; y es un personaje crucial”. 

“Cuando visité el convento de Guadalupe (México) me impresionó mucho ver el cuadro de gran tamaño que tienen puesto en la entrada, en el que se ve a un franciscano caminando un poco agachado con la cabeza debajo de la capucha y con un bastón. Es Antonio Margil. En la leyenda que hay debajo del cuadro se dice que fray Antonio era de Valencia. Allí nos enseñaron sus ‘reliquias’: el báculo que utilizaba para caminar, su breviario o el copón para la misa. Cuando visitas México te sobrecoge la gran obra de este hombre”, ha relatado.  

El fraile de los pies alados 

A Salvo le parece un “gran error” que en Valencia no haya ni siquiera “una calle o una plaza” dedicada a Margil y que el Ayuntamiento “no haya hecho caso” a los diferentes llamamientos a este respecto que ha hecho él personalmente desde hace dos años: “Estamos ante un gran hombre, con una personalidad muy fuerte, una figura poliédrica que desempeñó cargos muy importantes dentro de los estamentos religiosos de aquella época y fundó, entre otras cosas, tres colegios. Tenía hasta una faceta musical”. 

“Margil instituyó la costumbre misionera de andar descalzo y debido a los miles de kilómetros que recorrió (no se paró en Texas, llegó hasta la actual Louisiana), se le conoce en México y el sur de Estados Unidos como ‘el fraile de los pies alados’ y se le representa así en las distintas esculturas que se han hecho sobre él”, ha indicado.  

José María Alonso: “Margil es un campeón olímpico de la evangelización”   

El cronista oficial de la región cántabra, José María Alonso, ha centrado su intervención en el humanismo del fraile, al que ha definido como “figura entrañable” y parte de una “generación que realmente bebe de unas fuentes tremendas, que le permitió ser levadura, pese a que España vivía inmersa en luchas internas. Cuando uno conoce su carisma, su don en acción, queda realmente asombrado”. No obstante, toda esta cultura y espiritualidad, “no se comprende sin el dedo del Espíritu Santo, que mueve misteriosamente esas inquietudes y búsquedas”, ha apuntado este experto, que los lleva a vivir “desapropiándose: dejando que sea el Señor quien actúe”.  

“Margil es un campeón olímpico de la evangelización: sus músculos, huesos, tendones… son capaces de esa resistencia que el Señor le ofrece para poderla vida y entrega. Este fraile se definía como hijo de la nada, como hiciera San Francisco de Asís, pero sus contemporáneos no se explicaban lo que hizo, sabían que Dios actuaba a través de él”, ha asegurado Alonso.  

En definitiva, el ponente ha querido resaltar que el religioso valenciano vivió “como el último de los últimos; así quitas los miedos, las distancias, los recelos. Y gracias a esta actitud América ha sido evangelizada”.   

En la jornada han participado, además, Manuel González Ramírez, cronista del Estado de Zacatecas y presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Cronistas Mexicanos; María Rosa Franco, directora del Museo Nacional de Guadalupe (México). 

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