“Hemos sido testigos del incremento de las fake news y sus devastadores efectos dentro de la pandemia”

Carmen Moret, Facultad de Psicologia

“Hemos sido testigos del incremento de las fake news y sus devastadores efectos dentro de la pandemia”

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“Hemos sido testigos del incremento de las fake news y sus devastadores efectos dentro de la pandemia”

Carmen Moret, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Valencia (UCV), ha impartido una sesión online sobre la transformación cognitiva en la era digital, evidenciada en estos tiempos de crisis sanitaria.

Así, ha asegurado que “lo que hace unos años eran tecnologías cercanas a la ciencia ficción y económicamente inalcanzables, actualmente están a nuestra disposición, incrementando las posibilidades de relación con el mundo. Gracias al avance de estas tecnologías, hemos podido, por ejemplo, reducir el impacto de las restricciones llevadas a cabo para frenar el avance del covid19 en muchos campos, tales como el e-commerce o la educación”. De hecho, “no debemos olvidar que, de producirse una situación similar hace menos de una década, seguramente el impacto hubiera sido mucho mayor, imposibilitando derechos fundamentales humanos, como el de la educación”.

En este sentido, la docente de la UCV ha incidido en que “la tecnología, y más precisamente, la digitalización, nos hace la vida más fácil. Sin embargo, también pueden estar transformando otras áreas, como nuestras relaciones humanas, o incluso nuestros procesos mentales. Si esto es así, resulta imperativo examinar el impacto de la digitalización, considerado para muchos, un hito histórico”.

De esta forma, “la era digital nos permite acceder a un amplio rango de informaciones, practicablemente en cualquier momento y lugar. Pero no debemos permitir que la inmediatez prime sobre la calidad. Dentro de estas líneas hemos sido testigos del incremento de las fake news a través de las redes sociales y sus devastadores efectos dentro de la pandemia del Covid19. Estas falsas noticias, apelan a las emociones, y lo más alarmante es su fácil difusión, que, muchas veces, se produce sin tan siquiera haberlas contrastado, o incluso sin haberlas leído. Se estipula que la información falsa se distribuye hasta seis veces de forma más rápida que la información veraz. La desinformación y esta información falsa nos somete y polariza. Además, en este sentido, saber identificarlas y su uso apela a nuestra responsabilidad cívica”, ha subrayado Moret.

Esta experta también se ha referido durante la sesión al hecho de que la tecnología también está cambiando la naturaleza del trabajo, pues la hiperconectividad del mundo digital fomenta la multiactividad, y a veces, la aparición de fenómenos como el blurring, “donde la vida personal se entremezcla con la laboral, y en definitiva con la conciliación familiar. Aunque muchos no debemos de dejar de estar agradecidos por la posibilidad de trabajo en las actuales circunstancias gracias a la digitalización, cuando esta modalidad se combina con el cuidado de personas dependientes, de niños o del propio hogar, aumentar el cansancio, la ansiedad y el estrés. Recordemos que los estados de ansiedad y estrés continuos pueden ser precursores de otros problemas de salud mental, como la depresión”.

Así, “a nivel cognitivo, la literatura científica ha mostrado los efectos de la digitalización en procesos atencionales, lectores, e incluso en nuestra forma de movernos y orientarnos en el espacio. Los dos primeros procesos mostrarían el aumento del multitasking (realizar más de una tarea o actividad al mismo tiempo) y, en definitiva, patrones más rápidos y superficiales que van en detrimento de otros procesos mentales, como la memoria. Por otra parte, hoy en día, al usar dispositivos como el GPS (Sistema de posicionamiento global), es menos probable que creemos un mapa mental para hacer un viaje, evitando el esfuerzo cognitivo inherente a ello. En otras palabras, comúnmente dejamos que los recursos digitales se encarguen de demandas que, de lo contrario, serían llevadas a cabo por diferentes redes en nuestro cerebro. Este, al igual que otros órganos de nuestro cuerpo, necesita retos mentales y, en definitiva, esfuerzo, para mantenerse activos”.

En definitiva, en opinión de Moret, “no todo es malo. La digitalización obviamente puede conducir a que ciertas habilidades empeoren, pero también conduce a una mejora de otras habilidades. Más que su restricción, debemos educar en su buen uso, ya que, de lo contrario, estaríamos negando el lenguaje digital”.

Dentro de estas líneas, investigadores de la Universidad Católica de Valencia y de la University College Cork en Irlanda han desarrollado el pasado curso una primera llamada de artículos para fomentar la investigación sobre los efectos de la digitalización. Actualmente, han repetido la iniciativa, juntamente con otros investigadores en Brasil, Italia, Irlanda, Francia y España reivindicando el carácter multifacial del estado del arte y la necesidad de cooperación.

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