Nuestra Universidad aspira a cumplir los principales objetivos de cualquier institución universitaria: la docencia de las profesiones superiores; la investigación científica; la formación de la persona; y la presencia en la vida pública. Educamos a los universitarios en la búsqueda de una formación rica y completa. El objetivo es que éstos adquieran una competencia profesional que contribuya al bienestar espiritual y material de nuestra sociedad, siempre al servicio de la concepción católica de la realidad. Los datos de empleabilidad de nuestros egresados confirman que estamos en el buen camino. El incremento de profesores dedicados a la I+D+I, la creación de nuevos equipos de investigación y una mejora en los resultados de la actividad investigadora auguran un buen desarrollo de otro de los objetivos esenciales de la Universidad, Una Universidad en la que no se investiga es una universidad en la que no hay nada que enseñar. Consolidar nuestra presencia internacional especialmente en dos espacios: las universidades europeas y las latinoamericanas es otro objetivo. El crecimiento en la firma de convenios de colaboración ha hecho que aumente el número de alumnos de intercambio Erasmus, así como nuestra presencia académica en estos países. Nuestro compromiso con la sociedad valenciana sigue aumentando, tanto a nivel institucional como desde el punto de vista de la participación de los alumnos en proyectos de voluntariado y acción social. Hemos aumentado los convenios con aquellas entidades comprometidas en dar respuesta a las nuevas realidades sociales, especialmente en las “nuevas pobrezas” que, como señala el Papa Francisco, están generando una cultura del descarte. Finalmente, agradezco el esfuerzo de todos los académicos y personal de administración y servicios que han hecho posible esta realidad y, muy especialmente, a todos los jóvenes que forman parte de nuestra comunidad. Deseo ávidamente que todos podamos vivir en un ambiente que lleve a valorar altamente la vida de la inteligencia, a buscar apasionadamente la verdad, a respetar la dignidad inalienable de las personas y a anteponer el bien común de la sociedad a los intereses particulares del individuo.
Ignacio Sánchez-Cámara